viernes, 8 de noviembre de 2013

LA MÚSICA DE NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE LAS PENAS (II): "Amarguras" (Manuel Font de Anta - 1919)

 "... ya que a mí no me hacéis caso, ¿seríais capaces de negárselo a la Virgen que os mando?”

A priori, esta inocente interrogación, extraída de la correspondencia que mantendrían un padre con sus hijos no habría de despertar mayores atenciones y antes bien podría ser consecuencia de un desapego lógico causado entre quienes se hallaban separados por algunos cientos de kilómetros en los albores del siglo XX.

Sin embargo, a poco que hurguemos en el asunto, pongamos nombres y apellidos a los interlocutores y aspecto a la Dolorosa que iba inmortalizada en la estampa remitida, seguramente ello nos lleve rápidamente a dar con el exhorto más trascendente de la historia de la música procesional, el factor de impulsión decisivo para la gestación de una de las composiciones más conocidas e interpretadas en la Semana Santa española.

En efecto, los hermanos José y Manuel Font de Anta eran grandes músicos en su época. Dedicados a la composición y a dar conciertos por toda Europa, pasaban largas temporadas alejados de Sevilla. El padre de estos hermanos, Manuel Font Fernández de la Herranz, a la sazón director de la Banda del Asilo de Mendicidad de San Fernando (Municipal de Sevilla), más de una vez había rogado a su hijo Manuel que compusiera una marcha para Nuestra Señora de la Amargura, sin tener éxito en ninguna de sus peticiones. En 1919 le mandó una carta a su estudio de Madrid incluyendo una foto de la Dolorosa de San Juan de la Palma, sirviendo esto para que Manuel Font de Anta se inspirara y rápidamente se pusiera frente al piano, a empezar a componer lo que él llamó “Poema sinfónico en forma de marcha fúnebre”.

Existen algunas opiniones contradictorias acerca de la autoría final de la pieza que bien pudo deberse a cualquiera de los hermanos o incluso a los dos conjuntamente. Sin embargo, la corriente mayoritaria ha optado por inclinarse a favor de Manuel Font de Anta puesto que tras el cotejo de la partitura con otras de la familia, se afirma sin rubor alguno el que su creador es Manuel sin descartar la posibilidad de que su hermano José hubiera hecho en su momento algunas sugerencias al piano. La instrumentación se debió al padre, Manuel Font Fernández de la Herranz, un gran conocedor de la plantilla de una banda de música y por tanto gran instrumentador y arreglista musical. De hecho fue el que instrumentó la inmensa mayoría de las composiciones de su familia y transcribió para orquesta, casi al final de su vida, la propia Amarguras por encargo de la hermandad.

Sin entrar en mayores detalles ni concienzudos análisis formales, diremos que esta marcha se ha erigido en un verdadero Himno de la Semana Santa, y lo es, sin duda, de la sevillana por merecimientos propios. “Amarguras” es, sin ejercer la retórica gratuitamente, un Poema religioso en forma de marcha fúnebre ya que como afirma Rafael Bermúdez Medina “la forma de la obra depende del curso de la historia que narra, en este caso del guión literario que el autor nos ha dejado” y, por tanto, prosigue “la obra es más libre, no atada a una forma musical concreta sin dejar de respetar las líneas generales de la estructura clásica de una marcha”.

Lo que hace elevar a Amarguras a la categoría de fabulosa hasta el punto de alzarse a los altares de la música procesional fúnebre siquiera compartida esa hegemonía con Virgen del Valle, es la perfecta y evocadora recreación musical de un pasaje de la Pasión de Cristo cual es el momento en que Juan acompaña a la Virgen en la búsqueda de su hijo por la calle de la Amargura.  Y hay precisamente que destacar esta apreciación en la medida en que no siempre los compositores han entendido o sabido plasmar lo que las cofradías realmente representan en las calles. Además supone uno de los mejores ejemplos de manejo conceptual y descripción musical hasta el punto de generar con la audición de sus compases sentimientos contrapuestos, en unos instantes, sensaciones verdaderamente desgarradoras, y en otros, reflejos de una tierna y serena dulzura, pues no en vano no pueden ser otros los que despierte el dolor de una Madre por su hijo.

Como decíamos el autor facilitó el guión literario que figura en la parte izquierda de la partitura y que dice lo siguiente: 

"En la calle de la Amargura" 

Oyense los rumores del cortejo que conduce al Redentor. Los primeros compases, que sustituyen al tema fundamental de la obra, describen la omnipotencia de Cristo.

Continúa el poema con el desarrollo del tema inicial.

Constituye el segundo motivo una frase de apacible dulcura, inspirada en las consoladoras palabras de San Juan a la Virgen, esta frase llega a su más alto grado de sonoridad. Seguidamente comienza el tercer motivo, en forma de Coral, en pianísimo, evocador de los rezos de los creyentes, y es interrumpida varias veces por las trompetas romanas. Continúa el Coral en fortísimo.

Aléjase el cortejo dejándose escuchar de nuevo el tema base de la obra... El cortejo ha desaparecido. Oyense los comienzos de una saeta, interrumpida por las campanas, saeta que queda sin terminar como invitando al pueblo para que continúe; seguidamente, termina el poema con la frase, en fortísimo, fundamento del mismo.

Amarguras, o simplemente, Amargura, como la hemos conocido siempre desde que apenas levantábamos un palmo del suelo, ha sido infinitamente interpretada por las bandas de música tras cientos de Dolorosas andaluzas, mucho antes incluso de que se pusieran de moda las crucetas musicales.

En la Hermandad de las Penas, punta de lanza en tantas cosas, ya se escuchaba esta pieza cuando muchas otras cofradías siquiera acompasaban el paso de los tronos con un tambor de cola. Hablamos tranquilamente de la década de los años 70 del pasado siglo. Posteriormente, en 1985, la banda de música Municipal de Vélez Málaga, tan ligada a la hermandad en aquellos años, grabó la pieza de Font de Anta en el disco conmemorativo por el Cincuentenario de la cofradía.

Ya en la década de los 90 y, particularmente a partir de la salida extraordinaria de la Virgen con motivo del 75 aniversario agrupacional en que se realizó la primera cruceta, se tomó por costumbre interpretarla en el patio de los Naranjos a la salida de la Catedral generando en aquellos primeros años una expectación hasta entonces inédita en el mundo cofrade local. Amarguras es por tanto, y por derecho propio, santo y seña del acompañamiento de la Virgen de las Penas como de tantas otras. 

Una joya, una inagotable fuente de sensaciones inexplicables, un inefable legado. Banda sonora misma de la vida de muchos cofrades. 

MARÍA SANTÍSIMA DE LAS PENAS
75 ANIVERSARIO DE LA AGRUPACIÓN DE COFRADÍAS
Patio de los Naranjos de la Catedral
Acompaña la banda de la Archicofradía de la Expiración
Otoño de 1996.
Málaga.


MARÍA SANTÍSIMA DE LAS PENAS EN LA PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN
Paso por la Tribuna
Acompaña Miraflores Gibraljaire
Martes Santo de 2013.
Málaga
MARÍA SANTÍSIMA DE LAS PENAS EN PLAZA SPÍNOLA
Acompaña la banda de la Fundación Diocesana de Enseñanza “Santa María de la Victoria”
Martes Santo de 2012
Málaga.
LA AMARGURA SALIENDO DE SAN JUAN DE LA PALMA
Acompaña la banda de Alcalá de Guadaira.
Domingo de Ramos de 2010.
Sevilla.
CONCIERTO 75 ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DE MANUEL FONT DE ANTA
Iglesia de San Juan de la Palma
Banda Sinfónica Municipal de Sevilla
Dirige Francisco Javier Gutiérrez Juan.
MARÍA SANTÍSIMA DE LA AMARGURA DE JEREZ
Hermandad de la Flagelación
Revirá de la Plaza de las Angustias
(Siempre se le interpreta la marcha de Font
en este punto del itinerario de regreso a los Descalzos).
Acompaña Julián Cerdán
Miércoles Santo de 2012.
LA ESPERANZA MACARENA EN SAN JUAN DE LA PALMA
Al paso por el templo de la Amargura en la mañana del Viernes Santo
Suena el Carmen de Salteras
Madrugada de 2012.