viernes, 28 de abril de 2017

CRUZ DE MAYO BENÉFICA EL 6 DE MAYO


Dado el éxito de las citas precedentes, este año celebraremos a beneficio de la Bolsa de Caridad de la Corporación una nueva jornada lúdica en torno a la Cruz, símbolo cenital de los cristianos, y que desde antiguo viene propiciando fiestas populares en distintos rincones de Andalucía llenas de emoción y colorido. 

La cita será el 6 de mayo a partir de las 13 horas en la plazuela Virgen de las Penas, delante del Oratorio y Casa de Hermandad. 

¡Os esperamos!





jueves, 20 de abril de 2017

MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS EN LOS MÁRTIRES


El próximo domingo 23 de abril, compartiremos el banquete eucarístico con el resto de Hermandades de la feligresía en acción de gracias por las provechosas Estaciones de Penitencia celebradas y, en particular, la realizada por nuestra Corporación el pasado Martes Santo a la Santa Iglesia Catedral.

La Misa tendrá lugar en la Parroquia de los Santos Mártires, Ciriaco y Paula, a las 12.30 horas. 


miércoles, 19 de abril de 2017

CRÓNICAS: "Así es la rosa" - Alejandro Cerezo Ortigosa

ASÍ ES LA ROSA


Mª Stma. de las Penas en Pozos Dulces. Suena "¡Cuanto te amaba!" de Juan A. Gómez Navarro 
por la Asociación Musical Utrerana 


Las Penas es una hermandad reconocible, al menos en sus líneas básicas. Hasta tal punto que una buena cantidad de cofrades se hallan en la nómina de la Cofradía porque, con las lógicas diferencias en la gestión de los sucesivos mandatos, se identifican con un modo de entender la vida en Hermandad y la estación de penitencia en su personalísimo lenguaje.

Un lenguaje que, si bien hoy día la práctica totalidad de las cofradías de Málaga han venido a sumarse -o intentarlo al menos- lo cierto es que, hace veinte años, suponía un reducto no exento de polémica, con hermandades como Las Penas a la cabeza.

Pero es que (con la distancia es mejor explicarlo) no se trataba de la ausencia de arbotantes delanteros o del guion al hombro y demás pamplinas transcendentes; sino de hoy perogrulladas, sí, que en su momento no lo fueron tanto. Ni todas las albacerías se detenían a limpiar la plata, ni todas usaban patrimonio noble para los cultos, ni se cuidaba la liturgia, ni cada estreno que se encargaba tenía su seguimiento concienzudo.

Sin embargo, eso siempre fue Las Penas. Y hoy, en las circunstancias en que se encuentra, a la espera de la normalización estructural que le otorgue un cabildo de elecciones, convenía más que nunca que la estación penitencial se desarrollase en el mayor silencio posible. Y no silencio físico, del que nunca ha faltado en Las Penas cada Martes Santo; sino del silencio y la invisibilidad en la gestión de la puesta en escena. Que fuese heredera de unas bases impregnadas dentro y fuera de la Hermandad y las supiera sacar al sol de la calle Pozos Dulces. Las Penas en la calle nunca ha tenido rostros.

Esto, honestamente, en este 2017 se ha logrado. Las Penas ofreció una imagen reconocible –algo que, también, le otorga el marco urbano de su itinerario asentado- que no sólo aleja fantasmas de inestabilidad, sino que también, de seguro, reconfortará a quienes han vivido tantas estaciones de penitencia vistiendo el hábito de Las Penas y se han visto rodeados de los mismos balcones, han oído la misma música y se han sentido formando parte de una comitiva como las de costumbre. En síntesis, han reconocido a su Cofradía.


Quiérase o no, la estación de penitencia es el mayor altavoz de una Cofradía. Las Penas a través del altavoz de su Martes Santo ha venido entonando un mensaje de normalidad, de ritual –que no rutina-, de identidad consigo misma. Y con ello se han redactado, simbólicamente, unas buenas líneas de la necesaria citación a cabildo de elecciones. Así sea.

Alejandro Cerezo Ortigosa
Redactor Jefe de El Cabildo
Colaborador de Diario Sur

martes, 18 de abril de 2017

CRÓNICAS: "Las Penas, momentos para revivir todo el año" - José Luís Jiménez Navarrete


El Cristo de la Agonía, en sus primeros metros camino de la SICB. J.L. JIMÉNEZ

Los ‘shhh’ del numeroso público se rompieron con los primeros acordes de la marcha Cristo de la Agonía (Abel Moreno), para iniciar la Estación de Penitencia de la señera Cofradía. Qué poco suena tras el palio de María Santísima de las Penas… 

Con el rigor y la seriedad acostumbradas, comenzaron a salir del Oratorio los nazarenos de la sección del Señor. La sola presencia del crucificado de Buíza impresiona. Más aún cuando sus hombres de trono, a paso corto, lo acercan hasta la puerta y recibe las primeras caricias de la densa humareda de incienso que le procuran sus turiferarios. Escogida selección musical para iniciar sus primeros pasos en el Martes Santo 2017. Con Santa Caridad y Maestro, con mecidas eternas y con el desgarrador escorzo con el que su autor lo talló, el Señor se adentró en Pozos Dulces. La comunión entre la banda del Paso y la Esperanza y el trono, es total y absoluta. Tanto, que se pudo ver a todos sus músicos con la medalla de la Hermandad.

De nuevo, nazarenos. Del mismo color, burdeos en su capirote y negro en su túnica -¿qué fue de los capirotes verdes?-. Se despliega la sección de la Virgen. Salida más lenta si cabe, debido a las ajustadas maniobras que el Señor de la Agonía por el serpenteante trazado de la calle, lo que hizo que el numeroso público se impacientara. Es normal, todos querían verla ya en la calle. Todos querían ver y oler su manto. De nuevo, un año más, recibida con aplausos y a los sones de su marcha, la que el maestro Pantión le compusiera. Verla perderse por Pozos Dulces, besando las balconadas y cierres de sus esquinas, es ya un lugar obligado para no perderse para cualquier cofrade.

Lo mismo ocurre con la Estación de Penitencia de ambos titulares en la Santa Iglesia Catedral. Tanto en su entorno, como en interior de las naves catedralicias, Las Penas se crece. Especialmente el Señor, donde su talla se hace tan real, que parece querer exhalar su último aliento de vida mientras divaga por el Patio de los Naranjos. Pero también la Virgen, con una selección de marchas en el entorno del Templo Mayor que cada año sorprenden hasta al ‘silbamarchas’ más empedernido.

El encierro de esta grey cofradiera es también otra de las citas más selectas de nuestra Semana Mayor. Poder pasar del bullicio y la algarabía de las Tribuna de los Pobres, que pocos minutos antes se estremece con el paso de las cofradías de Nueva Esperanza y Estrella, al recogimiento, el silencio y el misticismo de los últimos momentos de procesión de Las Penas por la calle Arco de la Cabeza, es un contraste fabuloso de nuestra Semana Santa.

La experiencia es un grado. Las ajustadas e inverosímiles maniobras que hay que realizar para salvar la estrechez de la calle se realizan con cada vez mayor destreza y pericia por sus capaces y hombres de trono. No sin esfuerzo meritorio, por parte de estos últimos, sendos tronos llegaron a la plazuela Virgen de las Penas. A la Reina le recibieron con una vibrante saeta desde la balconada del propio Oratorio, que luego la Asociación Musical Utrerana convirtió en acordes musicales, para cerrar la noche, con Soleá, dame la mano y María Santísima de las Penas. 

Broche de oro para una Estación de Penitencia de altos quilates y con momentos que paladeáremos durante todo un año. Las Penas deja, cada año, el listón de la calidad cofrade un poco más alto cada año. 

José Luís Jiménez Navarrete.
Onda Cero Radio.

domingo, 16 de abril de 2017

CRÓNICAS: "Un matiz en el Martes Santo" - Pablo Santiago Díaz

"Un matiz en el Martes Santo"



Con rigurosa puntualidad se separan las dos hojas del portón del Oratorio de la Hermandad de las Penas. Son las cinco y veinticinco y comienza a sonar Cristo de la Agonía mientras los primeros tramos de la cofradía van ocupando la calle Pozos Dulces. Tras ellos, asoman los gráciles arbotantes del trono del Señor. No hay mejor banda sonora para este momento que el que es capaz de ofrecer la Banda de Cornetas y Tambores de la Archicofradía del Paso y la Esperanza. Todo un ejemplo de simbiosis entre música y trono, que es fruto de la experiencia y el sentimiento. Sigue saliendo la cofradía, ahora con cera blanca, hasta que el palio de la Virgen de las Penas asoma a su plaza. Al igual que con el Señor, la brillante música de la Asociación Musical Utrerana completa el momento: suena María Santísima de las Penas. La plaza, coqueta y repleta de público, ha sido testigo del exquisito gusto procesional de esta hermandad.

El Martes Santo en Málaga es un día de evidentes matices. Y es por eso, que la jornada no puede entenderse al completo sin sus hermandades. Las Penas ofrece al conjunto el orden estudiado de su cortejo, el buen hacer de sus hermanos nazarenos aunque siempre perfectible gracias a la formación cofrade, la incomparable cohesión de sus tronos con la música o el paso de la cofradía por lugares como Pozos Dulces, Nueva, Catedral, San Agustín o Arco de la Cabeza, que suponen toda una delicia para los cofrades. Un itinerario, por cierto, que recupera muy acertadamente su clásico sentido tras los cambios producidos en el año anterior. Mención especial merecen, dentro del ya destacado apartado musical de esta Estación de Penitencia, el estreno de la trilogía Humildad, Pasión y Agonía, por parte de la Banda de Cornetas y Tambores de la Archicofradía del Paso y la Esperanza; y el repertorio de marchas escogidas para la Virgen de las Penas: en la misma salida del Oratorio, tras la marcha propia, sonaba ¡Cuánto te amaba!, composición nada frecuente en las crucetas musicales al igual que, entre otras, El Refugio de María, Santa Teresa de Jesús o A la memoria de mi padre. No solo se agradece la exquisita selección de marchas sino también la demostración de que es completamente posible confeccionar una cruceta con marchas de corte tan diferente como Soleá, dame la mano y Coronación de la Macarena, en los casos de Vírgenes tendentes a marchas jubilosas, sin menospreciar en absoluto las fúnebres.


No hay duda, la perfección solo es atribuible a Dios, pero la Hermandad de las Penas aspira a llegar tan lejos como sea posible a la hora de lograr un estilo procesional elegante y adecuado. La solemnidad del andar de los tronos unido a la cantidad de momentos que sin duda permanecerán en la memoria y que contribuyen enormemente a crear un clima de oración hacia las imágenes, hacen que para cualquier cofrade no sea posible marchar a casa un Martes Santo sin haber visto a Las Penas pasar.

Pablo Santiago Díaz
Colaborador en 101 TV.

Video: La Cámara Cofrade - A pie de trono