jueves, 28 de noviembre de 2013

LOTERÍA DE NAVIDAD



Recordamos a todos los hermanos que en las dependencias de la Hermandad se pueden adquirir participaciones de la Lotería de Navidad que juega la Cofradía. Cómo todos los años, los números a los que estamos abonados son:

13.851

12.854


Rogamos también a todos los hermanos que tengan que retirar su talonario para la venta se personen en la Casa de Hermandad.

domingo, 24 de noviembre de 2013

LA MÚSICA DE NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE LAS PENAS (VII): El legado de Don Antonio Pantión Pérez

El nombre de Antonio Pantión resuena en el eco de la casa tal y como lo hacen los Juan Casielles, Jaime Solís, Jacinto Torres o los más recientes, Manuel Valera, Navarro Arteaga, Toledano o Raúl Berzosa. Y lo hacen por derecho propio por haber dejado unos y estar dejando los otros esos capitales posos de plenitud cofrade, firmes pilares sobre los que se viene construyendo la brillante historia de la Hermandad de las Penas. Por esta razón y no por otras, son nombres que al poner en nuestros labios se pronuncian con honra y satisfacción, con la admiración que les profesamos, como decimos, por haber puesto la cofradía, en las múltiples facetas abarcadas, en un lugar privilegiado.

En el ámbito musical, donde hay que señalar que contamos también con un rico patrimonio propio que no sólo se reduce a marchas de procesión, el nombre de Don Antonio Pantión Pérez destaca sobre los demás por ser el autor de la pieza que es su buque insignia por varias razones que no sólo atienden a su indudable calidad musical. En efecto, como veremos, Pantión compone en 1973 para la Hermandad, “María Santísima de las Penas”, fruto de los lazos que fraguan entre las cofradías homónimas de Málaga y Sevilla.

Daremos previamente unas pinceladas biográficas del autor y apuntaremos que nace en Sevilla el 1 de febrero de 1898 y muere en la misma ciudad, el 28 de noviembre de 1974. Comenzó su formación musical con su padre, Diego Pantión, continuando sus estudios en Madrid con Joaquín Turina, Conrado del Campo y Emilio Vega. Fue catedrático del Real Conservatorio Superior de Música de Sevilla y durante los muchos años que ocupó la cátedra instruyó a alumnos como Manuel Castillo, Arturo Pavón y José Romero. Muy querido por los sevillanos, le fueron tributados homenajes en el Conservatorio y en su propia hermandad de las Penas de San Vicente, a la que estuvo muy vinculado e incluso ayudó a refundar. En los anales de la hermandad del Lunes Santo quedará para siempre el recuerdo de la celebración de la misa funeral corpore in sepulto del maestro con la interpretación de su marcha Jesús de las Penas en el órgano de la Parroquia.

Pantión compuso coplas para los cultos de las hermandades de las Penas (1924) y del Silencio (1936), música de capilla para esta última, la Vera Cruz y la Soledad de San Buenaventura que interpretaba la capilla musical que dirigió durante más de treinta años. También se deben a su genio compositivo las zarzuelas “Los Cabezones”, “Irresponsables”, “El alma del cortijo” y “Macarena” e innumerables temas para las funciones de las “Galas Juveniles” que se celebraban en el desaparecido Teatro San Fernando.

En 1943, estudiando en el Conservatorio de Madrid le encargan la realización de composiciones para el noticiario español que con carácter oficial antecedía a las proyecciones cinematográficas, (NO-DO); dónde le encargan una pieza sombría y triste para poner música a unas noticias que describían hechos cuanto menos trágicos.

Pantión, consciente de lo creado, del empaque de la pieza, de la posibilidad de ubicar la obra como "marcha fúnebre"; decide retocarla y dedicarla a su Hermandad y Cofradía de nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de los Dolores que previamente le habían encargado una marcha procesional, llegando hasta nosotros y quedando en la historia con el nombre de: "Jesús de las Penas" tocada a su titular por primera vez en la salida de 1959. Fue instrumentada, al parecer, por su compañero José Olmedo, y no porque Pantión no fuera un gran armonista sino porque como cuenta Gutiérrez Juan, el autor era víctima del momento y las dificultades que había para la edición de las obras, para las que había que contar con intermediarios e incluso con la modificación de éstas impuestas por terceros.

Por ello se dice, no sin razón, que la trayectoria musical de Pantión no fue siempre valorada y aunque llegó a componer una decena de marchas, algunas de ellas se han tocado hasta hace bien poco mutiladas en algunas partes y con un ritmo mucho más lento que el original, debido a las copias manuscritas en las que se difundían.

Respecto de Jesús de las Penas, aunque durante años han circulado por las bandas de música distintas versiones como la de Juan Olmedo, particellas de Música Moderna, o las escaneadas y que tienen el sello de la Esperanza de Triana, idénticas a las anteriores, al parecer ésta sí fue instrumentada por el mismo Pantión ya que en la final del Memorial Manuel Font de Anta fue interpretada la versión original que Gutiérrez Juan y Salazar revisaron y editaron. La partitura fue entregada al entonces hermano mayor de la hermandad de Las Penas, Santiago Herrero, y a José Manuel Tristán, director de la Banda del Maestro Tejera. Desde ese momento, todas las interpretaciones de Jesús de las Penas por esta banda han sido las de la versión original, sustituyendo la edición de Música Moderna de su repertorio por estos nuevos papeles.
Los cambios son sustancialmente en la instrumentación, así como la segunda repetición del trío que se mantiene en matiz piano, engrosando solo la instrumentación pero sin cambiar a forte.



Junto a “Jesús de las Penas”, que es otra obra cumbre de la Semana Santa, figuran en su repertorio las siguientes marchas procesionales para hermandades sevillanas, a saber: “Santísimo Cristo de las Siete Palabras” (1955), “Nuestra Señora de Montserrat” (1955), “Nuestra Señora de los Ángeles” (1960), “Nuestra Señora de Guadalupe” (1968), “Tus Dolores son mis Penas” (1970), “Esperanza Trinitaria” (1971), “Madre de Dios del Rosario” (1971), “Rosario de la Aurora” (1973) y “Nuestra Señora de la Cabeza” (1973). Allende las fronteras de Sevilla compuso dos piezas, amén de la malagueña, la marcha “Expirando en tu Rosario” (1974) para Córdoba titulada así por encargo de Fray Ricardo.

Actualmente, y en una decidida apuesta por recuperar progresivamente su legado, nuestra Virgen de las Penas ha venido contando en su repertorio con la mayoría de las piezas indicadas. De hecho, no conviene olvidar que hasta hace unos pocos años se venía interpretando también con asiduidad "Jesús de las Penas", composición que ha formado parte del alma musical de la Hermandad desde los años 70 y que no descartamos recuperar en breve.

Y llegados a este punto conviene dar rienda suelta a la emoción que siempre nos produce la rítmica “María Santísima de las Penas”, cuando al salir en su trono, se escuchan compases que proclaman la Realeza de María, tan llena de vigor de cielo, y que al igual le ocurre a nuestra hermana cofraternidad sevillana, con su marcha dedicada al Señor de las Penas, se sienta quizás como el hermoso broche musical de nuestra Estación Penitencial, protagonismo que comparte con Cristo de la Agonía de Abel Moreno.

La pieza, como decíamos, tiene un inmenso valor, tanto en lo musical como en su repercusión en la historia procesional malagueña ya que fue una de las primeras composiciones dedicadas ex-profeso a una Dolorosa en una época en que era una auténtica quimera que se diera esta circunstancia en la ciudad pues no en vano hasta años después, sobre todo a raíz de la jubilación de Perfecto Artola, no se generalizaría la gestación de marchas dedicadas a titulares de las distintas Hermandades de Pasión.


Como así se expone en diversas publicaciones de la Hermandad, se tiene contacto con D. Antonio Pantión como consecuencia de las diversas visitas correspondidas entre las cofradías sevillana y malagueña en el año 1972. Finalmente, y dado el estrecho vínculo creado, el compositor acabaría ingresando en la nómina de hermanos de la Corporación. A este efecto, uno de los adalides de aquél hermanamiento, nuestro recordado Jaime Solís le solicita a Pantión el envío de una copia de las partituras de la marcha “Jesús de las Penas”, la cual había sonado tantas veces a la salida de la hermandad por la banda que acompañaba a la Virgen de las Penas. De igual forma, desde la Secretaría de la hermandad hispalense, cuya titularidad correspondía entonces al conocido cofrade sevillano Juan Carrero, se remitieron las de la marcha “Tus Dolores, son mis Penas”, por expresa indicación del Sr. Pantión. Como no podía ser de otra forma, la altísima calidad de las piezas indicadas origina el encargo de la marcha “María Santísima de las Penas”.

Fechada el 16 de febrero de 1973, se recibe carta en la Hermandad de Don Antonio Pantión que se dirige a su entonces Hermano mayor, D. Nicolás Baranda, y en la que se hace saber que la marcha “(…) está sacada de papeles”, y que no la ha mandado ya “por quererla oír antes aquí en la banda del Regimiento (Soria 9), por si tuviera que hacer alguna reforma, en la instrumentación, que creo que no”. Igualmente nos informa que la Banda del Regimiento “(…) Con las fiestas de los pueblos de estos meses he tenido varias salidas. (…) A primeros de octubre la oiré y les mandaré el material”. Por último manda recuerdos a “(…) los amigos de la Hermandad”.

Realmente “María Santísima de las Penas” es una marcha simple y sencilla, pero no exenta de una particular y sugerente belleza. Según Salvador Vázquez para El Cabildo, la pieza obedece a una forma ternaria, A-B-A, cuyo tema principal tiene varias particularidades que nos lleva a identificar varios subtemas con algún cambio de instrumentación. Podemos destacar este principal o tema A por ser, sin duda, sencillo pero muy vibrante y pegadizo conformado por 8 compases en la tonalidad de Do mayor. En la sección B o Trío se produce un cambio de carácter o contraste y está formado por una melodía con un sencillo acompañamiento formulado por tubas y trombones encontrándose el tema en el centro de Fa mayor. Tras la repetición de B con ampliación de la instrumentación, el autor reexpone el tema A para concluir la marcha.

De “Tus Dolores, son mis Penas” destacaremos, como hacen en Patrimonio Musical, su gran capacidad expresiva, a partir de la forma tan simple de exponer los sucesivos temas en todos sus elementos. La música fluye sola, con una sencillez, dulzura y solemnidad impecables. Además, y nuevamente, como seña de identidad de Pantión, destacaremos su forma: el típico rondó en 5 partes (introducción)-A-B-A-C-A. Fue escrita en 1970 tras la insistente petición de una camarera que le demandaba una pieza para la Virgen que equilibrara el éxito cosechado por la del Señor.

En los siguientes VIDEOS les mostramos la interpretación de esta pieza tras el Cristo de la Agonía en su traslado desde San Julián al Oratorio en 2008 y en la recogida de la Hermandad de las Penas de San Vicente.





Con “Nuestra Señora de Guadalupe”, un activo exponente del acervo musical alegre que se interpreta tras la Virgen de las Penas, se proyecta nuevamente una clara forma rondó (A-B-A-C-A), donde A es una introducción fuerte en Re Mayor, con energía y un interesante juego de las maderas por medio de terceras (la introducción de la obra es combinación de las notas si-re-fa-la) que aporta dinamismo. Una vez acabado este largo pasaje, el fragmento B , el “fuerte de bajos” corto, para variar el discurso musical y volver al tema A, tras el cual modula a Sol Mayor para enlazar con el “trío” o fragmento C, con una melodía muy sencilla, suave, tras la cual se repite en fuerte de forma triunfal, para volver al tema A y esas llamadas de los metales para concluir la marcha.

En la pasada Semana Santa sonó esta marcha en la Alameda Principal y en el video que a continuación enlazamos se puede escuchar un fragmento.


Esta marcha, que está dedicada a la dolorosa del mismo nombre de la Hermandad de las Aguas de Sevilla, se estrenó curiosamente con motivo de la primera salida bajo palio de la imagen cuya autoría se debía al entonces jovencísimo imaginero Luis Álvarez Duarte. La pieza se grabó brillantemente con cornetas en el disco “Mektub: estaba escrito” de la banda de la Oliva de Salteras.

“Esperanza Trinitaria”, afortunadamente, se toca con mayor asiduidad en la actualidad.  Pantión aseguraba que era su obra predilecta pues no en vano rezuma un buen gusto magistralmente combinado con la habitual sencillez estructural. El guión original para piano de esta marcha, que -como el resto de obras del maestro Pantión- es custodiado en el archivo histórico de la hermandad de Las Penas, está fechado el 14 de marzo de 1971 y, paradójicamente, viene titulado como “Esperanza Trinidad”. Sabemos que la banda de la Expiración de Málaga tocó esta marcha con papeles de corneta hace unos años, como probablemente lo hacía la Cruz Roja, sin embargo, la versión habitualmente interpretada prescinde de este acompañamiento.

La cofradía ha recuperado esta pieza y se interpretó, como puede verse en el siguiente vídeo, en Puerta del Mar


Por su parte, “Nuestra Señora de Montserrat”, compuesta en 1955 (mismo año en que Lerate obró su celebérrima pieza para el Dulce Nombre), es a diferencia de las anteriores, fúnebre. Sin embargo, este cambio de registro no es óbice para que el maestro sevillano siga siendo fiel a su concepto de marcha con sencilla estructura concebida a modo de repeticiones, pues de nuevo se adivina, como así afirma Mateo Olaya, el modo rondó, donde un tema fundamental sirve de hilo conductor de toda la obra a través de la alternancia de otros temas secundarios que indefectiblemente siempre desembocan en el principal. En este caso, el tema fundamental se caracteriza por una frase lúgubre de las maderas sobre un fondo armónica y rítmicamente sencillo. El resto de temas permiten que la melodía gire de forma suave y progresiva sobre diversos registros.

La banda Sinfónica de la Trinidad de nuestra ciudad fue, por cierto, la primera en editar fonográficamente esta pieza en 2006. Así mismo, fue recuperada para Sevilla por Julián Cerdán, hecho que les reproducimos a continuación


Soria 9 (1971) sin dacapo y Oliva (2005) con dacapo fueron las bandas que primeramente testimoniaron la brillantez de “Santísimo Cristo de las Siete Palabras”. También la ha grabado la Municipal de coria del Río Esta soberbia pieza, que quizás ande a medio camino entre las fúnebres y las piezas más rítmicas de Pantión, se entronca en el modelo habitual de la estructura A B A C A y Coda junto con Tus Dolores son mis Penas. Ha sido una marcha cuya interpretación ha sido casi anecdótica hasta hace pocos años. En Málaga consta,  al menos, su incorporación al repertorio de la banda de la Archicofradía del Paso y la Esperanza. Igualmente, el año pasado, fue interpretada hasta en dos ocasiones por la banda de Miraflores tras el palio de la Virgen de las Penas. En el siguiente vídeo le ofrecemos su interpretación, ya de vuelta, en la maniobra para acceder de Carretería a Arco de la Cabeza a través de la calle Andrés Pérez:

sábado, 16 de noviembre de 2013

LA MÚSICA DE NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE LAS PENAS (VI): "Virgen del Valle" (Vicente Gómez-Zarzuela y Pérez - 1897)

"Marchitas caigan las flores/ y apague su luz el día,/ que está llorando María/ el dolor de los dolores"

(Letra de los hermanos Joaquín y Serafín Álvarez Quintero a la pieza “Marchitas” dedicada por Gómez Zarzuela a su Hermandad del Valle.)

Partituras y de fondo el altar de cultos de la Virgen del Valle
Decíamos en una entrada anterior que la hegemonía en el terreno de las marchas procesionales, especialmente en las de corte fúnebre, la compartían muy probablemente Amarguras, compuesta por Manuel Font de Anta, y Virgen del Valle, debida en este caso a la mano de Vicente Gómez-Zarzuela quien compusiera esta portentosa obra en memoria de su amigo Alberto Barrau, ahogado en un desgraciado accidente en el río Guadalquivir.

Y como bien decíamos, marchas como ésta han superado inimaginables cotas de aceptación, amén de por su indudable calidad, por su capacidad para impregnarse en todas las capas y poros de la celebración pasionista, hasta erigirse en verdaderos elementos nucleares que determinan su razón de ser, como obras de arte puestas a su servicio, de la misma forma en que ya no puede entenderse la Semana Santa sin ellas, como sin la presencia de nazarenos con capirotes cónicos, Dolorosas bajo palios de doce varales o cortejos iniciados por la sempiterna imagen de la cruz de guía escoltada con faroles.

“Virgen del Valle” forma parte de ese muy exclusivo grupo de piezas a las que el pueblo español ha reconocido el honor de conformar la banda sonora misma de los días santos. De hecho, poco importan cuales sean las coordenadas geográficas de la celebración o el corte serio o jubiloso de una Hermandad, puesto que en mayor o menor medida el cofrade siempre ha sido consciente de que poner una marcha como esta no es sino ser absolutamente preciso en la elección de la música para acompasar el Dolor de la Virgen durante el trasunto de la Pasión y Muerte de su Hijo.

En el aspecto biográfico podemos señalar que Vicente Gómez-Zarzuela y Pérez nació el día 27 de octubre de 1870 en Sevilla, concretamente en la calle de las Palmas número 64, hoy calle Jesús del Gran Poder y cursó estudios de violín en la academia de música "Asilo de la Mendicidad de San Fernando", hoy Banda Municipal de Música de Sevilla. Entre sus maestros destacan don Antonio Palatín y don Manuel Font y Fernández de la Herranz. Don Vicente no sólo compuso música religiosa sino que también hizo lo propio con la música profana. Destacan obras como "El santo de la Isidra", "La Zarzuela" o "El Peregrino".

Sin embargo, a Gómez-Zarzuela por lo que más se le conoce es por su música religiosa, por su vinculación con la Hermandad del Valle donde ocupó determinados puestos, y destacó como músico. A su Archicofradía dedicó innumerables y bellas composiciones musicales que bien destaca don José Manuel Delgado en el libro que publicó la Hermandad con motivo del centenario de la marcha Virgen del Valle. Entre ellas están, la colaboración en el aspecto musical de la copla "Oración" (1917) más conocida como el "Marchitas" y donde los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero pusieron letra.

Siguen composiciones (casi todas ellas para solistas, coro y orquesta) como "Alabado", "Angelus Dómini", "Dios te salve, María" con letra de Aurora Murciano, "Ave María", "Himno a la Virgen del Valle" cuyo texto es el Stabat Mater en español, tres "Stabat Mater", dos "Tantum ego", la obra para cuarteto de cuerda "Evocación: Meditación para cuerda", tres motetes al Cristo de la Coronación, Misa en Mi bemol interpretada en la Función Principal donde son muy esperados sus "Kyries", y por último la "Marcha Fúnebre" o "Marcha Lenta" más conocida como "Virgen del Valle" (1898), obra por la que es más conocido su autor.

En efecto, como indican en la especializada web Patrimonio Musical, el compositor quiso rendir homenaje a Barrau con esta marcha fúnebre en la que recupera algunas líneas melódicas inspiradas en las coplas que el propio amigo interpretaba como tenor en los cultos de la Hermandad del Valle. La tituló "Marcha Lenta" y se estrenó al parecer el 15 de abril de 1897, es decir, un año antes de lo que usualmente se había pensado, pues no en vano hay quien sostiene que se estrenó el Jueves Santo de 1898. En un principio estaba concebida para interpretarse a piano, hasta que Manuel Font Fernández de la Herranz, padre de los Font de Anta y maestro del propio Gómez-Zarzuela la instrumentó magistralmente, probablemente completándola, arreglándola, enriqueciendo su armonía. Con el tiempo esta composición adquirió el nombre de "Virgen del Valle" con el que ha sido conocida hasta nuestros días.


Pues bien, dicho esto llegó la hora de ponérnosla delante y dejarnos llevar por la dulzura exquisita de una pieza que arrebatadoramente fluye y se desangra como el desconsuelo infinito de la Virgen.

En este sentido, Barros Jódar realiza una exégesis técnica de la composición en la misma web y se nos hace sencillo seguirla, aún en nuestra condición de legos en la materia, en la medida en que la memoria rápidamente nos va poniendo la marcha en los labios.

Primero, como no podía ser de otra manera, identificamos su paradigmática introducción, construida como un diálogo entre los metales graves (melodía descendente) y la madera, indicado "piano", y rematado con un acorde "fortissimo" de toda la banda, esquema que se repite en sucesivas modulaciones. Tres acordes "fortissimo" sobre la tónica y la dominante de do menor (tonalidad definitiva de la obra) nos lleva al inicio de la primera sección.

A continuación, con una dulzura exquisita fluye un primer tema caracterizado por un suave cromatismo y el rítmico acompañamiento.

Sigue trascendiendo la partitura y ponemos nombre técnico a ese pasaje en que un crescendo intensísimo conduce a la reexposición del primer tema en "fortissimo", que concluye con un acorde seco similar a los de la introducción.

El segundo tema, continúa Barros Jódar, refleja una atmósfera más sosegada, casi optimista, pero, tras un crescendo da paso a un tercer tema de un extraordinario dramatismo, especialmente hacia el final, cuando, la melodía es reforzada por una secuencia de acordes en corcheas a través de sucesivas modulaciones, hasta culminar nuevamente en un poderoso acorde.

Tras esto, destaca un impresionante "pianissimo" y da paso a una breve e intensísima coda a cargo de los clarinetes y saxos en sus registros más sombríos.


Por lo demás, hay que decir que la marcha también ha pasado a la historia de las cofradías, en este caso en el registro de los testimonios sonoros, por la versión magistral de orquesta que realizó Antón García Abril para su interpretación por The London Philarmonic y que forma parte de la banda sonora de la película Semana Santa dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón y producida por Juan Lebrón.

Concluyendo así nuestro análisis sobre la contextualización y la dimensión de "Virgen del Valle", debemos insistir en que aunque a lo largo de la historia de la música procesional no han faltado autores consagrados y marchas geniales, así como tampoco criterios y variedad en los gustos personales para poner unos u otros, cuando hablamos de la marcha de Gómez-Zarzuela, lo hacemos realmente de un ingrediente primario en la cocción de la religiosidad popular, una piedra angular de la Semana Santa que cada año aguarda en los altares de insignias y envejece con los hilos oscurecidos de los bordados de un manto, de la misma forma en que cuando suena en la esquina de un itinerario de vuelta, la marcha se alía con el espectador, envolviéndolo, hasta el punto de hacerle comprender el significado de lo que está viendo.


I CICLO DE MÚSICA PROCESIONAL
Hermandad de las Penas de Málaga
Oratorio de Santa María Reina
Banda Municipal de Málaga
Febrero de 2009.
Málaga 

ORQUESTA SINFÓNICA DE CÓRDOBA
Concierto Extraordinario de Cuaresma 2011
Gran Teatro
Dirige Claudio Gómez Calado
Córdoba 

jueves, 14 de noviembre de 2013

LA MÚSICA DE NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE LAS PENAS (V): Luis Lerate, armonía y sencillez al servicio de la belleza

Cuando ponemos sobre la mesa de una tertulia cofrade el nombre de Luis Lerate Santaella (Sevilla. 1910-1994) es de los que rápidamente asociamos al de una marcha procesional, y pasa lo mismo que con autores como Gómez Zarzuela con su Virgen del Valle,  cuyas extensas trayectorias se han visto injustamente eclipsadas por la infinita dimensión de alguna de sus obras.

En efecto, “María Santísima del Dulce Nombre” (1955) o Dulce Nombre, a secas, como es conocida en los ambientes cofrades, es la bandera de la obra procesional, corta, todo hay que decirlo, de este prestigioso violinista y compositor que estudió en Madrid y París antes de ganar la plaza de la cátedra de Música de Cámara del Conservatorio Superior de Sevilla de la que fue titular hasta 1980, año en que se jubiló.

Paralelamente a su labor de profesor en el Conservatorio de Música, Lerate también desempeñó tareas docentes en otros centros educativos. Así, durante los cursos académicos 1938-41 ejerció como ayudante de clases prácticas de Música del Instituto Nacional de Segunda Enseñanza San Isidoro de Sevilla, siendo Director de Coros de dicho centro entre los años 1960 y 1963. En 1942 fue nombrado con carácter interino profesor de la Cátedra de Violín del Hogar de San Fernando, dependiente del Ayuntamiento de Sevilla, ocupando esta plaza en propiedad en virtud de oposiciones libres celebradas en 1946. Y en 1956 fue nombrado profesor titular de Música de la Universidad Laboral de Sevilla mediante concurso nacional de méritos.

Sólo cinco marchas compuso este sevillano y dos de ellas forman  parte por derecho propio de la cruceta de la Virgen de las Penas, ya que además de Dulce Nombre también se interpreta la hermosísima y desconocida “Nuestra Señora de las Mercedes” (1957), inédita, que sepamos, tanto en el discurrir habitual de la Dolorosa del barrio del Tiro de Línea por las calles de Sevilla como el de las cofradías penitenciales malagueñas. Las otras tres son Cristo del Buen Fín (1948),  Cristo del Mayor Dolor (1989) y Jesús Ante Anás (1992).

Sin embargo al exiguo curriculum procesional hay que añadir un profuso legado compositivo ya que escribió más de 100 obras de distintos géneros musicales: sinfónico, de cámara, polifónico, religioso, popular, etc., así como armonizaciones e instrumentaciones para diversos instrumentos solistas, agrupaciones de cámara y orquestas.

En el año 1961, ganó el «premio de composición José María Izquierdo» del Ateneo de Sevilla por su obra "Fantasía" para violín y piano.

También son destacables sus publicaciones educativas pues realizó diversas obras pedagógicas en materia de solfeo y violin.

Dulce Nombre forma parte, como decimos, de ese privilegiado catálogo de marchas que conforma la mejor Antología de la historia musical de la Semana Santa. Con Dulce Nombre hay pocas dudas, o mejor dicho, las ha disipado todas franqueando con el paso del tiempo esa cruel frontera de los gustos, opiniones o modas que se van sucediendo.

Rodríguez Lagomazzini en Patrimonio Musical calibra la dimensión de la obra como «una de las más bellas partituras dedicadas a una dolorosa sevillana». Su esquema simple y conciso combinado con el empleo de hermosas melodías y una rica armonía hacen ser a esta marcha una de las más queridas entre el público cofrade.

Figura en la partitura original la fecha «agosto de 1955» y así lo ha corroborado la hermana del autor, Doña María Teresa Lerate que aclara que la pieza fue estrenada en la Semana Santa del año siguiente.

Quien haya escuchado concienzudamente esta marcha convendrá con el que esto escribe en que su estructura sencilla a modo de preguntas y respuestas fortissimo-pianissimo, no deja de propiciar sin embargo un insinuante pasaje cual es el Tema B o trío de la marcha introducido por el redoble de caja y bombo crescendo que cae directamente, y que según Rodríguez Lagomazzini, se basa en la armonía andaluza y que, a su vez, resulta muy efectista.

¿Quien con este trío no ha cerrado alguna vez los ojos y se ha trasladado a una esquina encalada iluminada por una candelería encendida y ha puesto cara de Dolorosa a ese súbito sueño de los despiertos?

Diversos autores han destacado la magnífica grabación que realizó la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla de esta pieza poniéndola definitivamente en valor.


Por su parte, en una línea no muy diferente de serenidad y belleza sutil anda “Nuestra Señora de las Mercedes”, pieza que el autor donaría previa petición de su hermano Antonio ya que fue éste el primer hermano mayor de la cofradía de Santa Genoveva entre 1956 y 1962 encabezando aquella histórica junta de gobierno que se encargó de redactar las reglas corporativas, terminar el paso del Cristo y, en definitiva, poner a la hermandad en la calle.


La marcha para Santa Genoveva, como decimos, llega tan sólo un año después de la fundación de la novísima cofradía del Tiro de Línea, y se erige en una delicada pieza procesional de gran valor, en la que se combinan la sencillez con la exquisita y delicada solemnidad.

Destaca un impetuoso y misterioso comienzo que da lugar al primer tema en fuerte, la impresionante escala que conduce a la repetición del primer tema, y cómo no, un trío exquisito, vaporoso, de los que marcan época.

Parece que el propio autor en 1981 modificó la marcha para la Banda Municipal de Sevilla.

En la pasada Semana Santa de 2013, la banda de Miraflores interpretó por primera vez esta pieza tras salir la Virgen de las Penas de la Catedral una vez que el trono buscaba la calle San Agustín junto a la fachada del Hospital Gálvez. 
 


“MARÍA SANTÍSIMA DEL DULCE NOMBRE”
Versión de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla


“NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES”
Paso de Palio de Nuestra Señora de las Lágrimas
Hermandad de la Vera Cruz
Calle San Juan
Acompaña la Unión Musical Astigitana
Jueves Santo de 2013
JEREZ

martes, 12 de noviembre de 2013

LA MÚSICA DE NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE LAS PENAS (IV): La marcha de Javier Alonso.

Quizás un tanto eclipsada injustamente por la omnipresente marcha de Antonio Pantión, ahí está, como agazapada, siempre presta a despuntar en cualquier esquina de nuestro itinerario, esta rutilante pieza que hace ya algún tiempo compusiera el madrileño afincado en Sevilla, Francisco Javier Alonso Delgado para la Virgen de las Penas merced al encargo que nuestro hermano D. Enrique Salvo Rabasco le hiciera para donarla a la Cofradía.

Alonso Delgado que toca el piano desde los nueve años, se declara, como algunos otros grandes compositores que por avatares del destino fueron a parar a Sevilla, un cofrade tardío, y también, porque las cosas vienen como vienen, músico antes que amante de la Semana Santa.

Realiza sus estudios musicales en el Conservatorio Superior de Música de Madrid y se titula en las especialidades de Piano y de Solfeo, Teoría de la Música, Repentización y Acompañamiento. Igualmente, ha realizado cursos de especialización, entre otros, con maestros de la talla de Carles Guinovart, Humberto Quagliata, Monique Dechausses, Josep Colom, Enrique Blanco, Antón García Abril, Brenno Ambrosini y David Kuyken.

Aunque ya había tenido contactos con la Semana Santa de Madrid y con la de algunas otras ciudades castellanas, un año se decidió a conocer la de Sevilla y desde entonces, confiesa, no ha faltado ningún año. No en vano, tras contraer matrimonio, desde el verano de 2002, fija su domicilio en Sevilla y es cuando tiene ocasión de comenzar a empaparse de la realidad músico-procesional andaluza.

En efecto, de la mano de Ángel Alcaide (director de la extinta banda de la Esperanza de Triana) se hace hermano de distintas cofradías y se enrola en esta banda trianera hasta su desaparición lo que le permite conocer desde dentro el mundillo de las bandas de Sevilla. De hecho Alcaide propiciaría meses antes el que lo cofrade quedase unido para siempre a la vocación musical de Alonso pues sería a finales de 2001 cuando compondría su primera marcha procesional, la abrumadora “Madre de Dios de la Palma”.

Y es precisamente en esos compases finales de 2001 cuando nuestro hermano Enrique Salvo le encarga la marcha “Pasa la Virgen de las Penas”, la que no podría finalizar, como el mismo aclara, hasta que se asienta definitivamente en Sevilla en 2002. La marcha debía tener varias condiciones: que fuera alegre, con cornetas y de una duración que no excediera los tres minutos a fin de que el trono pudiera estar en movimiento durante toda la marcha.

El sábado 15 de febrero de 2003 recibimos en las dependencias de San Julián al compositor para la entrega formal de la obra compuesta en presencia de un emocionado donante y una representación de la junta de gobierno encabezada por su Hermano Mayor. La pieza hubo de estrenarse en la tarde del Martes Santo de ese año aunque la cofradía no pudo efectuar estación de penitencia debido a la lluvia.



Es precisamente esta composición la que le abrirá las puertas de nuestra ciudad pues no en vano, Juan Jurado, director de la banda de la Paz, tras asimilar la brillantez de la marcha de la cofradía de las Penas, le encargará posteriormente una para la Sangre que se tituló “Consolación y Lágrimas”. Luego vendrían piezas para el Monte Calvario y la Salud, entre otras.

Alonso ha dejado por el momento, además de las indicadas, piezas de muy alto valor como “Cincuentenario” dedicada a la hermandad de la Amargura de Sevilla en 2004, “Llena Eres de Gracia” dedicada a los Javieres o “Virgen Macarena” habitual también en el repertorio de la banda del Carmen de Salteras.

De todas ellas se infiere la preocupación del músico por interiorizar la forma marcha del que se revela como un eterno aprendiz. Quizás lo que más le identifique, según sus propias palabras, es que no sea andaluz y provenga de una formación clásica, aún tomando conciencia de lo que en este ciertamente encorsetado género se puede hacer y lo que no.

Dicho esto, la música de Alonso busca ser directa y penetrar en el público, aún sin renunciar a la posibilidad de introducir matices originales, pequeños rasgos que la diferencie de otras, aspectos formales poco habituales en el género (sextas napolitanas, acordes de séptima disminuida, acordes de novena sin preparación, flexiones, uso de dominantes secundarias, etc.).

Con esta marcha, Alonso consigue recrear fielmente el alborozado ambiente de una tarde de Martes Santo y nos evoca inmediatamente a esos instantes en que la Virgen de las Penas va ganando con gallardía los primeros metros de su Estación penitencial: la estampa perfumada de la Virgen con su manto, el vaivén de sus bambalinas, los aplausos que se cruzan con Ella en las esquinas, los rayos de sol que se ensartan en el crisol de su paso. Todo ello fluye con total naturalidad en esta pieza que se despliega de forma breve y precisa, y de paso, pone en valor la contrastada diversidad de un repertorio, que con suma espontaneidad,  combina el corte jubiloso con la sobriedad de las piezas más solemnes.

Son probablemente “Pasa la Virgen de las Penas” y Francisco Javier Alonso Delgado, en el décimo aniversario de tan feliz concomitancia, dignos exponentes de la mejor y más cualificada expresión de la música procesional contemporánea, digna sucesora de esa otra que nos dejaran los grandes maestros del pasado. Así que comencemos de una vez por todas a darle su sitio, sin rubor alguno, en ese mismo plano en que campa a sus anchas, por ejemplo, la marcha de Pantión.  


domingo, 10 de noviembre de 2013

LA MÚSICA DE NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE LAS PENAS (III): Tres obras de don Germán Álvarez Beigbeder

Dice el refrán que más vale tarde que nunca y como no podía ser de otra manera debemos congratularnos con el hecho de que desde este mismo año tras los pasos de Nuestra Madre de las Penas suena de una vez por todas la obra procesional del jerezano Don Germán Álvarez Beigbeder (n. 1882). Existe prácticamente unanimidad en la crítica especializada al señalar que nos encontramos ante un personaje que ocupó por derecho propio un lugar privilegiado en la extraordinaria generación que encabezaron Manuel de Falla y Joaquín Turina llevando además de una excepcional trayectoria artística, un periplo vital tan intenso como ejemplar, querido y admirado en su tierra como director y fundador de su Banda Municipal, hasta que falleció en 1968 aquejado de una larga enfermedad.

Conviene dar unas breves notas biográficas de Beigbeder, el que aunque en un principio se dedica a labores de representante de la casa comercial familiar, pronto inicia sus estudios musicales en Cádiz junto a su mentor y profesor de armonía Camilo Pérez Montllor, actividad a la que se dedicará ya profesionalmente a partir de 1910, trasladándose a Madrid que es donde conoce y estudia con el no menos genial Don Bartolomé Pérez Casas. En 1913 gana las oposiciones a Músico Mayor para el Ministerio de Marina siendo su primer destino Larache en Marruecos aunque nunca dejará de estar en continuo contacto con los círculos artísticos de la capital. De vuelta a Jerez y separado voluntariamente del ejército, realiza una activa labor para las instituciones musicales que fructifican en la creación del Conservatorio Oficial de Música y Declamación, y de la Banda Municipal de Música de Jerez en 1929.

Aunque en la actualidad Álvarez Beigbeder es conocido casi exclusivamente por su música de banda, su catálogo de su producción es amplio, incluyendo desde armonizaciones de canciones populares hasta obras más importantes para piano, cámara, orquesta, banda, escena y coro. La diversidad de géneros que aborda, se puede relacionar con rasgos muy marcados de su pensamiento y actividad pues, como señalábamos, su trayectoria vital dejó huella y en este sentido no han sido pocos los que han destacado su preocupación por la función cultural de la música y la intensa espiritualidad religiosa que cultivó durante toda su vida. Justamente en su etapa como director de la Municipal de Jerez, Beigbeder impuso innovadores modelos de gestión técnica y se mostró siempre convencido de la necesidad de música en su entorno lo que le llevó además a la creación de un modelo educativo musical escolar que sería adoptado en todo el país años después.

Nos ilustra Jaime Merodio en su sobresaliente estudio realizado para El Cabildo que las obras que nos regaló don Germán, y he aquí el elemento que las singulariza respecto a las demás en el género, resultan ser una acertada síntesis de clasicismo y modernidad sin que el influyente Nacionalismo musical resultara un aspecto definitorio en su concepción.

Clasicismo en lo referente al carácter germánico que aflora de una sólida estructura formal que denota un profundo conocimiento de las escuelas austríaca y alemana de tradición clásica y romántica, pudiendo destacar (extrapolándonos al apartado sinfónico) la Sinfonía Nº 2 "Rincón Malillo" de Don Germán como la única consecuencia de los intentos sinfónicos del Siglo XIX en España; y modernidad, en el extraordinario conocimiento de las tendencias francesas de la época (César Franck y Saint-Saens - corriente predominante frente a la germánica en la denominada Generación de los Maestros, a la que pertenecía don Germán) especialmente en lo que se refiere al extraordinario manejo de la paleta tímbrica como consecuencia del amplio conocimiento de la plantilla de vientos empleada en sus marchas procesionales, el extraordinario ajuste del contrapunto a las necesidades de la textura, la precisión de las aclaraciones dinámicas, el exacto tratamiento rítmico y las originalísimas relaciones tonales. Todo ello da lugar a un verdadero trabajo artesanal, concepto artístico cercano al propio Stravinsky.

Lo analizado sirve de esquema conceptual y es perfectamente extrapolable a la consistencia de su obra procesional por cuanto Beigbeder consigue que sus marchas no se entiendan como un simple aderezo al discurrir de los pasos durante la Semana Santa, sino que contribuyen -dada la excepcional calidad musical de su producción procesional- a la obra de arte total, en consonancia, además de con los aspectos anteriormente reseñados con la línea de pensamiento wagneriana y a la altura de los conceptos musicales y artísticos más elevados.

La Virgen de las Penas cuenta actualmente con tres de sus marchas de procesión en su repertorio: “Cristo de la Expiración” (1921), “Desamparo” (1919) y “Reina del Carmelo” (1923).




De la primera diremos, como ya expusimos con la obra de Font de Anta, que nuevamente es imprescindible la comprensión y la asimilación por parte del autor del motivo que inspira una composición para procesión. Con Beigbeder, cuya intensa vida espiritual queda acreditada en la correspondencia que mantenía con el sacerdote Maximiliano Viana Pérez, las dudas quedan inmediatamente despejadas. En efecto, la música de don Germán enaltece el espíritu, invade el alma e invita a la oración, premisas éstas básicas para lo que debe ser la música religiosa. Esta dimensión, la madurez adquirida del compositor, así como la influencia francesa que antes comentábamos proporcionan un carácter singular a la composición de "Cristo de la Expiración" dedicada por cierto a la inmensa devoción jerezana que recibe culto en la Ermita de San Telmo. Y con ella podemos encontrar de nuevo un ejemplo de increíble síntesis en su obra, quien de manera magistral aúna patrones eminentemente clásicos en unas composiciones de marcado carácter romántico. Merodio insiste en que cuando el equilibro formal y romanticismo pueden resultar términos absolutamente opuestos, don Germán ofrece unos modelos formales no superados hoy día en el género procesional.

Por su parte, Marcelo Gálvez Jiménez en Patrimonio Musical habla de “una de las composiciones procesionales de mayor categoría de cuantas podamos encontrar, un prodigio en estado puro de la arquitectura e ingeniería musical”.

Destaca igualmente la elevadísima talla de su elaboración armónica y melódica y una instrumentación marca de la casa, e insiste, como decíamos antes, en un empleo de los timbres muy particular. Igualmente precisa que la coherencia estructural y formal de Cristo de la Expiración es difícil de mejorar. La obra se muestra muy bien trabada y organizada, desarrollada desde la elaboración y no en la mera repetición.

“Desamparo” es otro exquisito exponente de la producción procesional del autor. Está dedicada a la titular de la populosa hermandad del Prendimiento de Jerez radicada en el barrio de Santiago aunque curiosamente esa Dolorosa es hoy titular de otra cofradía, la del Amor, bajo la advocación de Nuestra Señora de los Remedios. También resulta curioso destacar que esta pieza inicialmente iba a ser dedicada al Ecce Homo, titular de la Hermandad del Mayor Dolor a la que pertenecía el autor.

Sobresale, en palabras de Salvador Vázquez, el comienzo con tres imponentes notas sobre la dominante de Fa menor, las cuales son el elemento motor de esta obra, y el desarrollo del discurso musical construido sobre aquéllas. Beigbeder va desgranando una auténtica obra de arte utilizando líneas melódicas sencillas y motivos solemnes.

Con la marcha de gloria “Reina del Carmelo”, la Hermandad, como con otras piezas de su repertorio, ha pretendido cohonestar el interés por dotarlo de los contenidos sobrios que son inherentes a la siempre desgarradora figura del Dolor de la Madre, con la frescura y el jubiloso carácter de las manifestaciones procesionales andaluzas, lo que se hace siempre dentro de los márgenes propios del asentado marchamo estético de la Corporación.

Pérez Espinosa en Azahares destaca el carácter enérgico de la pieza especialmente en su primer tema con aires castrenses lo que le hace pensar que el autor lo desarrolla de tal forma, debido a la vinculación de la Virgen del Carmen con la Marina, de la que es patrona. A continuación, expone otros dos temas hasta reaparecer por último el tema A que utiliza de forma conclusiva. Destaca la personalidad de todos ellos, plenos de matices, de caracteres tan distintos.

Como decíamos al principio ha sido este año 2013 el primero en que se han interpretado marchas de este compositor en la cruceta de la Virgen de las Penas. En este sentido, con independencia de su resultado final, resultaba evocadora la idea de que además fuera Miraflores, por su historia y contrastada calidad, la banda que lo hiciera por primera vez. Además, a raíz de nuestras peticiones para el Martes Santo, la formación malagueña tuvo ocasión de grabar “Desamparo” en el último trabajo discográfico grabado el pasado invierno.

En definitiva, y después de todo lo analizado, podemos aventurarnos a afirmar que la música de autores como Beigbeder debe empezar a valorarse como un elemento imprescindible en el acompañamiento musical de cualquier Dolorosa pues la música genial tras un paso de palio –tanto por su ubicación física como por el matiz artístico- no es sino el único elemento que puede cerrar y perfeccionar un modelo depurado e impecable de cofradía penitencial en la calle. De cualquier otro modo, a pesar de los esfuerzos en otras aristas escénicas, el modelo siempre estará cojo.

Otros vídeos de interés:

“CRISTO DE LA EXPIRACIÓN”
CONCIERTO EXTRAORDINARIO HOMENAJE A BEIGBEDER
Orquesta filarmónica de Málaga
Dirigida por David Beigbeder.
Catedral de Jerez de la Frontera

23 de marzo de 1996




“CRISTO DE LA EXPIRACIÓN”
NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES (SERVITAS)
Coronación Canónica
Calle Encarnación
Acompaña Maestro Dueñas de El Puerto de Sta. María
Septiembre de 2011
CÁDIZ


“CRISTO DE LA EXPIRACIÓN”
VIRGEN DEL VALLE DE JEREZ (cotitular de la Hdad. del Cristo de la Expiración)
Salida extraordinaria por el 425 aniversario fundacional
Plaza de las Angustias.
Suena Palomares de Trebujena
Junio de 2013.

“CRISTO DE LA EXPIRACIÓN”
VIRGEN DEL VALLE DE SEVILLA
Revirá de Placentines a Alemanes
Acompaña Maestro Tejera

Jueves Santo de 2013. 

“REINA DEL CARMELO”
Salida de la Virgen del Carmen de Jerez a quien está dedicada.
Acompaña Maestro Tejera
Julio de 2012.


“DESAMPARO”
Paso de Palio de María Santísima del Desamparo
Hermandad del Prendimiento
Alameda de Cristina (entrada en Carrera Oficial)
La marcha de Beigbeder suena a partir del minuto 8,16
Acompaña la banda de Jesús Nazareno de Rota
Miércoles Santo Jerez 2013



"DESAMPARO"
Virgen del Traspaso y Soledad
Cofradía de Viñeros
Entrada en calle Nueva
Acompaña Palomares de Trebujena
Jueves Santo 2012
Málaga



viernes, 8 de noviembre de 2013

LA MÚSICA DE NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE LAS PENAS (II): "Amarguras" (Manuel Font de Anta - 1919)

 "... ya que a mí no me hacéis caso, ¿seríais capaces de negárselo a la Virgen que os mando?”

A priori, esta inocente interrogación, extraída de la correspondencia que mantendrían un padre con sus hijos no habría de despertar mayores atenciones y antes bien podría ser consecuencia de un desapego lógico causado entre quienes se hallaban separados por algunos cientos de kilómetros en los albores del siglo XX.

Sin embargo, a poco que hurguemos en el asunto, pongamos nombres y apellidos a los interlocutores y aspecto a la Dolorosa que iba inmortalizada en la estampa remitida, seguramente ello nos lleve rápidamente a dar con el exhorto más trascendente de la historia de la música procesional, el factor de impulsión decisivo para la gestación de una de las composiciones más conocidas e interpretadas en la Semana Santa española.

En efecto, los hermanos José y Manuel Font de Anta eran grandes músicos en su época. Dedicados a la composición y a dar conciertos por toda Europa, pasaban largas temporadas alejados de Sevilla. El padre de estos hermanos, Manuel Font Fernández de la Herranz, a la sazón director de la Banda del Asilo de Mendicidad de San Fernando (Municipal de Sevilla), más de una vez había rogado a su hijo Manuel que compusiera una marcha para Nuestra Señora de la Amargura, sin tener éxito en ninguna de sus peticiones. En 1919 le mandó una carta a su estudio de Madrid incluyendo una foto de la Dolorosa de San Juan de la Palma, sirviendo esto para que Manuel Font de Anta se inspirara y rápidamente se pusiera frente al piano, a empezar a componer lo que él llamó “Poema sinfónico en forma de marcha fúnebre”.

Existen algunas opiniones contradictorias acerca de la autoría final de la pieza que bien pudo deberse a cualquiera de los hermanos o incluso a los dos conjuntamente. Sin embargo, la corriente mayoritaria ha optado por inclinarse a favor de Manuel Font de Anta puesto que tras el cotejo de la partitura con otras de la familia, se afirma sin rubor alguno el que su creador es Manuel sin descartar la posibilidad de que su hermano José hubiera hecho en su momento algunas sugerencias al piano. La instrumentación se debió al padre, Manuel Font Fernández de la Herranz, un gran conocedor de la plantilla de una banda de música y por tanto gran instrumentador y arreglista musical. De hecho fue el que instrumentó la inmensa mayoría de las composiciones de su familia y transcribió para orquesta, casi al final de su vida, la propia Amarguras por encargo de la hermandad.

Sin entrar en mayores detalles ni concienzudos análisis formales, diremos que esta marcha se ha erigido en un verdadero Himno de la Semana Santa, y lo es, sin duda, de la sevillana por merecimientos propios. “Amarguras” es, sin ejercer la retórica gratuitamente, un Poema religioso en forma de marcha fúnebre ya que como afirma Rafael Bermúdez Medina “la forma de la obra depende del curso de la historia que narra, en este caso del guión literario que el autor nos ha dejado” y, por tanto, prosigue “la obra es más libre, no atada a una forma musical concreta sin dejar de respetar las líneas generales de la estructura clásica de una marcha”.

Lo que hace elevar a Amarguras a la categoría de fabulosa hasta el punto de alzarse a los altares de la música procesional fúnebre siquiera compartida esa hegemonía con Virgen del Valle, es la perfecta y evocadora recreación musical de un pasaje de la Pasión de Cristo cual es el momento en que Juan acompaña a la Virgen en la búsqueda de su hijo por la calle de la Amargura.  Y hay precisamente que destacar esta apreciación en la medida en que no siempre los compositores han entendido o sabido plasmar lo que las cofradías realmente representan en las calles. Además supone uno de los mejores ejemplos de manejo conceptual y descripción musical hasta el punto de generar con la audición de sus compases sentimientos contrapuestos, en unos instantes, sensaciones verdaderamente desgarradoras, y en otros, reflejos de una tierna y serena dulzura, pues no en vano no pueden ser otros los que despierte el dolor de una Madre por su hijo.

Como decíamos el autor facilitó el guión literario que figura en la parte izquierda de la partitura y que dice lo siguiente: 

"En la calle de la Amargura" 

Oyense los rumores del cortejo que conduce al Redentor. Los primeros compases, que sustituyen al tema fundamental de la obra, describen la omnipotencia de Cristo.

Continúa el poema con el desarrollo del tema inicial.

Constituye el segundo motivo una frase de apacible dulcura, inspirada en las consoladoras palabras de San Juan a la Virgen, esta frase llega a su más alto grado de sonoridad. Seguidamente comienza el tercer motivo, en forma de Coral, en pianísimo, evocador de los rezos de los creyentes, y es interrumpida varias veces por las trompetas romanas. Continúa el Coral en fortísimo.

Aléjase el cortejo dejándose escuchar de nuevo el tema base de la obra... El cortejo ha desaparecido. Oyense los comienzos de una saeta, interrumpida por las campanas, saeta que queda sin terminar como invitando al pueblo para que continúe; seguidamente, termina el poema con la frase, en fortísimo, fundamento del mismo.

Amarguras, o simplemente, Amargura, como la hemos conocido siempre desde que apenas levantábamos un palmo del suelo, ha sido infinitamente interpretada por las bandas de música tras cientos de Dolorosas andaluzas, mucho antes incluso de que se pusieran de moda las crucetas musicales.

En la Hermandad de las Penas, punta de lanza en tantas cosas, ya se escuchaba esta pieza cuando muchas otras cofradías siquiera acompasaban el paso de los tronos con un tambor de cola. Hablamos tranquilamente de la década de los años 70 del pasado siglo. Posteriormente, en 1985, la banda de música Municipal de Vélez Málaga, tan ligada a la hermandad en aquellos años, grabó la pieza de Font de Anta en el disco conmemorativo por el Cincuentenario de la cofradía.

Ya en la década de los 90 y, particularmente a partir de la salida extraordinaria de la Virgen con motivo del 75 aniversario agrupacional en que se realizó la primera cruceta, se tomó por costumbre interpretarla en el patio de los Naranjos a la salida de la Catedral generando en aquellos primeros años una expectación hasta entonces inédita en el mundo cofrade local. Amarguras es por tanto, y por derecho propio, santo y seña del acompañamiento de la Virgen de las Penas como de tantas otras. 

Una joya, una inagotable fuente de sensaciones inexplicables, un inefable legado. Banda sonora misma de la vida de muchos cofrades. 

MARÍA SANTÍSIMA DE LAS PENAS
75 ANIVERSARIO DE LA AGRUPACIÓN DE COFRADÍAS
Patio de los Naranjos de la Catedral
Acompaña la banda de la Archicofradía de la Expiración
Otoño de 1996.
Málaga.


MARÍA SANTÍSIMA DE LAS PENAS EN LA PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN
Paso por la Tribuna
Acompaña Miraflores Gibraljaire
Martes Santo de 2013.
Málaga
MARÍA SANTÍSIMA DE LAS PENAS EN PLAZA SPÍNOLA
Acompaña la banda de la Fundación Diocesana de Enseñanza “Santa María de la Victoria”
Martes Santo de 2012
Málaga.
LA AMARGURA SALIENDO DE SAN JUAN DE LA PALMA
Acompaña la banda de Alcalá de Guadaira.
Domingo de Ramos de 2010.
Sevilla.
CONCIERTO 75 ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DE MANUEL FONT DE ANTA
Iglesia de San Juan de la Palma
Banda Sinfónica Municipal de Sevilla
Dirige Francisco Javier Gutiérrez Juan.
MARÍA SANTÍSIMA DE LA AMARGURA DE JEREZ
Hermandad de la Flagelación
Revirá de la Plaza de las Angustias
(Siempre se le interpreta la marcha de Font
en este punto del itinerario de regreso a los Descalzos).
Acompaña Julián Cerdán
Miércoles Santo de 2012.
LA ESPERANZA MACARENA EN SAN JUAN DE LA PALMA
Al paso por el templo de la Amargura en la mañana del Viernes Santo
Suena el Carmen de Salteras
Madrugada de 2012. 

miércoles, 6 de noviembre de 2013

LA MÚSICA DE NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE LAS PENAS (I): "Valle de Sevilla" (José de la Vega - 1990)

Con esta serie de artículos iniciamos un trabajo de aproximación a las marchas procesionales y los autores que componen la cruceta musical de María Santísima de las Penas con el objetivo de transmitir a los hermanos, particularmente a aquellos que portan sobre sus hombros a nuestra querida Madre, el criterio y la base sobre la que se trabaja para conformarla, la que año a año viene suponiendo una progresiva y feliz aleación con la obra de los grandes autores tanto clásicos como contemporáneos.

Comenzamos comentando la marcha ·VALLE DE SEVILLA", ya que hace unos días su interpretación en nuestra ciudad a cargo de la banda del Maestro Tejera, generó instantes de especial belleza en la calle Beatas junto a la Virgen del Rosario, lo que no viene sino a corroborar el merecido protagonismo que la pieza se viene cobrando en los últimos años. Y como somos también de la opinión que no hay mejor comentario que el sonido ambiente les adjuntamos algunos interesantes videos.
 
Se trata de una obra grandiosa, bellísima y originalísima, calificada por la opinión especializada como una de las joyas contemporáneas del género de la marcha procesional. Fue encargada a título particular por hermanos de la sevillana hermandad del Valle entre los que se encontraba el también músico cordobés Francisco Melguizo. Posteriormente, las partituras serían entregadas a la cofradía. Sin embargo, inicalmente la pieza tuvo escaso predicamento y no sería hasta 2006 cuando el director de la Municipal de Sevilla, Gutiérrez Juan, la incorporó al trabajo “Maestros de la Pasión", momento a partir del cual comenzó a interpretarse por toda la geografía andaluza.

En palabras de Honorio Aguilar, De la Vega crea una obra atemporal y sublime de estilo fúnebre y marcada naturaleza andaluza; un hito de las marchas procesionales donde el Valle, la Dolorosa; y Sevilla, la ciudad, son sus pilares. La primera, determina el compás, el ritmo y el tempo de esta forma musical denominada marcha, adecuada para la procesión penitencial del Jueves Santo a la Catedral Metropolitana por las calles de esta ciudad, que por su historia y cultura condicionan los rasgos andaluces de la obra. 

Valle de Sevilla es la prolongación de las marchas procesionales que hunden sus raíces en las primeras marchas fúnebres del siglo XIX, dentro de la corriente del Romanticismo y en la que los grandes autores de estos dos siglos de música cofradiera de la talla de Gómez Zarzuela, los Font, San Miguel Urcelay, Ruiz Vidriet, Turina Pérez, Álvarez Beigbeder, López Farfán, Cebrián…encontrarían la continuación más acertada a su legado. 

De la Vega, cordobés de nacimiento aunque afincado en Madrid, profesional del violín y la composición confesaba su amor a la música popular andaluza pues no en vano sus hermosísimas melodías eran trasunto de un profundo sentimiento de andalucismo lo que no identificaba con una inquietud por hacer música flamenca puesto que antes al contrario entendía que los que intentaban llevar el flamenco al pentagrama fracasaban estrepitosamente.

Desde hace algunos años esta pieza forma parte del corpus esencial de marchas procesionales que integran la cruceta de María Santísima de las Penas. Como anécdota hay que resaltar que la banda que acompañará a nuestra Dolorosa el próximo Martes Santo, la Asociación Musical Utrerana, bajo la batuta del maestro José Salazar, fue la que la estrenó tras la Virgen del Valle en la tarde del Jueves Santo sevillano. 

MARÍA SANTÍSIMA DE LAS PENAS
Traslado extraordinario al nuevo Oratorio
calle Pozos Dulces 
acompañada por la banda de Música de la Archicofradía de la Expiración. 
Año 2008. 
Málaga.

MARÍA SANTÍSIMA DE LAS PENAS
Curva de Méndez Núñez a Comedias
acompaña la banda de música de Miraflores Gibraljaire.
Martes Santo de 2013. 
Málaga
MADRE DE DIOS DE LA PALMA
Hermandad del Cristo de Burgos de Sevilla
revirá de calle San Juan a Boteros.
Suena Maestro Tejera
Miércoles Santo de 2011
TRASLADO DE LOS TITULARES DE LA ARCHICOFRADÍA DE LA EXPIRACIÓN. 
Acompaña a Nuestra Señora de los Dolores la banda propia. 
Viernes de Dolores de 2008.
Málaga.

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO EN SUS MISTERIOS DOLOROSOS
Hermandad de la Sentencia
Rosario Extraordinario 75 aniversario.
calle Beatas
Acompaña Maestro Tejera.
Octubre de 2013. 

ORQUESTA SINFÓNICA DE CÓRDOBA
Concierto Extraordinario de Cuaresma
Gran Teatro de Córdoba.
Año 2011.