lunes, 23 de diciembre de 2013

LA MÚSICA DE NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE LAS PENAS (X): El legado de don Pedro Gámez Laserna

¿Murió don Pedro Gámez Laserna o sigue vivo en los tambores de la banda de Soria? se preguntaba el maestro Antonio Burgos cuando en enero de 1988 recordaba en ABC a ese compositor con alma que llegó a Sevilla por puro azar como algún otro y que se hizo con la ciudad como la ciudad se apoderaría de él.

En efecto, don Pedro Gámez Laserna, (Jódar 1907-Sevilla 1987) sigue vivo no ya sólo en el recuerdo de aquella mítica banda de música a la que dirigió sino también en las infinitas ocasiones en que tenemos hoy día para escuchar los ejemplos de su legendaria obra. Nuevamente Mateo Olaya nos pone sobre aviso acerca de la dimensión del músico en cuestión pues le reconoce con su aportación un esencial papel dignificador de las formaciones de viento frecuentemente minusvaloradas.

Como apunte biográfico diremos que el maestro Gámez se inicia en la banda de su localidad natal, en la provincia de Jaén, para ingresar posteriormente en la banda de Música del Regimiento de Infantería de la Reina nº 2 con guarnición en Córdoba, primero como trombón y luego más tarde en el papel de trompa, instrumento en el que se especializaría. También fue requerido por el Ayuntamiento para que ayudase al relanzamiento de una Banda Municipal en precarias condiciones internas. Su estancia en Córdoba le serviría para cualificarse notablemente y dar el salto a Madrid donde ingresaría en la banda sinfónica Municipal y ganaría posteriormente por oposición la primera plaza en el cuerpo de directores de música militares en 1945.

Tras una breve experiencia en prácticas en la Inmemorial del Rey número 1, regresa a Córdoba para tomar posesión de la dirección de la Música del Regimiento de Infantería de Lepanto nº 2, donde estaría hasta 1957 y con ella a su cargo se desarrollaría la llamada “etapa cordobesa” en la vida y obra del maestro aun cuando, como decíamos, había crecido como instrumentista en la banda municipal e incluso ya había compuesto “Santísimo Cristo de la Misericordia” e “Impresiones Cordobesas”.

Y es que aunque a Gámez se le conozca fundamentalmente por las marchas que compuso para Sevilla  no es menos cierto que su obra no puede entenderse sin las aportaciones que realizó para la ciudad califal pues no en vano recuperó el género en esa hermosa ciudad tras un cierto letargo y dejó, entre otras, el soberbio binomio dedicado a la hermandad de la Buena Muerte conformado por “Saeta Cordobesa” y “Salve Regina Martyrum”, piezas ambas que también se han interpretado en los últimos años tras los pasos de la Virgen de las Penas además de las sevillanas más conocidas.

De “Saeta Cordobesa” diremos, en palabras de Olaya nuevamente, que es la pieza sobre la que Gámez Laserna asienta las bases paradigmáticas y crea el modelo que a la postre daría forma a otras composiciones para la ciudad de Sevilla. Es el himno oficioso de la Semana Santa de Córdoba tal como “Amarguras” pueda serlo para Sevilla, o “Nuestro Padre Jesús” para Jaén. El autor no inventa el recurso de la saeta pero sí lo lleva arrebatadoramente al extremo, a un frenesí musical, enrevesando la melodía en las maderas, sobre una trama armónica y contrapuntística perfectamente urdida no sólo sobre el pasaje en cuestión sino durante toda la partitura.

Y es en enero de 1957 cuando destinado a la dirección de la Música del Regimiento de Soria nº 9, con guarnición en Sevilla, se inicia la llamada etapa sevillana –la más prolífica- del autor, ciudad que le acogería cálidamente y en la que viviría hasta el final de sus días. En plena madurez, don Pedro Gámez compone en 1959 “Pasa la Virgen Macarena”, una joya que apunta evidentes variantes estéticas en el género aún sin llegar a romper ni traicionar su sello acuñado hasta entonces. Pero sí, efectivamente, Pasa la Macarena –como es conocida vulgarmente- es un punto de inflexión en su obra ya que como siempre dijo fue la Esperanza la que le llevó a componer para Sevilla. Además, y simbólicamente, Gámez sucede a Farfán tanto a los mandos de Soria 9 como en la reanudación de ese estilo alegre, vibrante y pletórico adornado de cornetas aunque no se detiene ahí pues como bien advierte Francisco Pastor, “si Farfán renueva el género aportando a la marcha procesional originalísimas melodías y atrevidas instrumentaciones –incluyendo el uso estelar de las cornetas- Gámez Laserna lo consolida elevando su nivel con tres cualidades características de su música: solemnidad, elegancia y brillantez técnica”.

¿A quién no se le ha grabado a fuego en la retina el prodigioso trío de Pasa la Macarena en esa magistral transposición a la partitura del meloso movimiento “sobre los pies” del paso de palio de la Esperanza tras el que iba, precisamente batuta en mano, el propio maestro? Con Pasa la Macarena, Gámez ingresa en el inaccesible olimpo de las glorias sevillanas, en la historia de su Semana Santa y se gana un hueco en el corazón de los macarenos así como en la frecuentemente olvidadiza memoria colectiva por esa sinfonía que para siempre nos lleva a identificarla con un majestuoso paso de palio, las mariquillas, los perfiles de un rostro y los capirotes verdes en la calle Feria. En un video que les adjuntamos se lo cuenta la Esperanza. 

Dicho esto, como habíamos comentado con Farfán, por el repertorio de Nuestra Madre de las Penas han pasado casi todas las composiciones de Gámez Laserna por lo que resulta innecesario centrarnos en las que lo conforman actualmente puesto que lo que realmente interesa aquí es poner en valor el hermoso denominador común de su bagaje, como decíamos, denso y magistral.

Al tesoro dedicado a la Virgen de San Gil, se unirían otras perlas como “María Santísima del Subterráneo” (1961) o “Nuestra Señora del Socorro” (1962) hasta llegar a “El Cachorro –Saeta Sevillana-” (1967) en la que vuelve a reeditar brillantemente la Cordobesa, de la que incluso Pastor señala que tal vez sea su obra cumbre y en la que revela una vez más su innegable talento artístico. Como anécdota diremos que para la componer la saetilla de la parte final el maestro se desplazó hasta Castilleja de la Cuesta, localidad en la que residía un saetero amigo suyo al que pidió que le cantara una saeta -en pleno verano- para transcribirla prodigiosamente a la partitura. La obra posee tal calidad armónica –prosigue Pastor- que no es de extrañar que Norberto Almandoz, de influyente opinión musical en Sevilla dada su condición de Director del Conservatorio Superior de Música, al escuchar la interpretación de esta marcha piropeara de esta forma al maestro Gámez Laserna: “Maestro, es Vd. el Rey de la Armonía, el Julio Romero de Torres de la música”. La marcha, solemne y de gran carga sinfónica, rompe tras la saetilla en el tutti fuerte en do mayor con la que concluye triunfalmente la obra.

Luego, ya retirado de su actividad profesional, vendrían nuevas e importantes piezas como “Nuestra Señora del Patrocinio” (1969) con su imponente trío, “Sevilla Cofradiera” (1972) que además de su envolvente armonía es un ejemplo de precisión hasta en su nominación, con exacta utilización del adjetivo y no del sustantivo adjetivado que se viene prodigando en los últimos tiempos, o “La Sagrada Cena” (1980), tras todas las cuales Gámez se ganó el prestigio y el reconocimiento de corporaciones nazarenas e innumerables compañeros de profesión y discípulos como José de la Vega o el propio Pedro Morales que en muchas ocasiones mostró su gratitud al maestro pues le había enseñado la armonía, el contrapunto y la fuga “como nadie”.

En definitiva, el talento de Gámez como instrumentador alcanza límites insospechados y en este sentido, Pastor destaca que “Cristo de la Sed” (1973) merece mención aparte por cuando destaca la creatividad en el desarrollo armónico y el empleo del contrapunto.

Don Pedro fallece el 25 de diciembre de 1987, habiéndose ganado el afecto y el respeto de todos cuantos le conocieron. Sus honras fúnebres se celebraron en la Basílica de la Macarena pues como no podía ser de otra manera llegó a ser un gran devoto de la Esperanza y por expreso deseo suyo la banda de Soria 9 interpretó “Pasa la Virgen Macarena”, en una entrañable paradoja de joviales compases para el consuelo de los presentes.

Felizmente, más de dos décadas después de su muerte, el legado de Gámez Laserna está plenamente vigente en el discurrir escénico de nuestras cofradías y es por ello por lo que se hace difícil pensar que el maestro nos dejara un día de Navidad cuando su personalidad está tan presente en la mecida de cientos de bambalinas y en el recuerdo de muchas frías madrugadas de aguardiente. Y es que a don Pedro no lo ha olvidado nadie y es por eso por lo que, como escribió Burgos, resucita cada primavera poniendo su música a esa Semana Santa eterna de la memoria. 

"Saeta Sevillana - El Cachorro"
Martes Santo de 2013
Miraflores Gibraljaire
Curva a calle Nueva

"Saeta Cordobesa"
Traslado extraordinario al Oratorio
de la Hermandad de las Penas
Banda de la Archicofradía de la Expiración
Curva de Fajardo a Compañía


"Nuestra Señora del Patrocinio"
Martes Santo de 2013
Miraflores Gibraljaire
Calle Pozos Dulces.



"Pasa la Virgen Macarena"
Martes Santo de 2013
Miraflores Gibraljaire
calle Granada-Plaza del Carbón
(a partir minuto 2.00)

"Sevilla cofradiera"
Concierto en la Parroquia del Carmen de Málaga
Maestro Tejera
Sevilla

"La Sagrada Cena"
Procesión extraordinaria 75 aniversario 
María Santísima del Rosario de Málaga
Maestro Tejera
Calle Strachan.




"María Santísima del Subterráneo"
La Esperanza Macarena en Santa Ángela
El Carmen de Salteras



"Pasa la Virgen Macarena"
La Esperanza Macarena entrando en la plaza de la Campana
El Carmen de Salteras

"Salve Regina Martyrum"
Ntra. Sra. Reina de los Mártires
La Oliva de Salteras
Córdoba


domingo, 22 de diciembre de 2013

LAS PENAS CON LA UTRERANA EN SU CONCIERTO DE NAVIDAD

En la tarde de ayer, una delegación de hermanos de la cofradía se desplazó a la localidad sevillana de Utrera para asistir al Concierto Navideño que ofreció la banda de música de la Asociación Musical Utrerana, dirigida por el maestro José Salazar, y que es la que D.M. nos acompañará el próximo Martes Santo tras el trono de María Santísima de las Penas. 

La AMU interpretó un fragmento de Cristo de la Agonía para dar la bienvenida a Utrera a la Hermandad
Sin duda vivimos momentos muy intensos junto a ellos, tanto durante el recital que se celebró en el hermoso Teatro municipal Enrique de la Cuadra (siglo XIX), como posteriormente en el ágape que se sirvió en el local de ensayo de la formación. 

De hecho, inesperadamente, nos vimos sorprendidos durante el concierto, pues la banda interrumpiendo el propio programa previsto, nos ofreció un pequeño fragmento de la marcha "Cristo de la Agonía" de D. Abel Moreno Gómez mientras que en el escenario aparecían imágenes de nuestra Hermandad por las calles de Málaga. Instantes, como decimos, profundamente emocionantes y los que no debemos sino agradecer sinceramente por lo que tienen de valiosos y que no suelen abundar en el mundo de las hermandades.

Por lo demás, ya en el local, pudimos compartir un rato agradable de charla con su director, diversos miembros de la banda como el trompetista Francisco Cano, viejo conocido en la ciudad, por marchas como "Al Cristo de los Gitanos" o el propio director de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, Francisco Javier Gutiérrez Juan. 

En el local de ensayo junto a los maestros José Salazar y F. Javier Gutiérrez Juan

Así mismo, aprovechamos para ofrecerles un pequeño obsequio, un cuadro de la Virgen de las Penas, imagen que va a estar presente en los próximos ensayos de preparación de nuestra Estación de Penitencia junto con la Amargura de Jerez o la Virgen del Valle y la propia Amargura sevillana, testimonios gráficos que penden de unas paredes que guardan los secretos de la dilatada historia de una formación que va a cumplir 30 años. 

Ya falta menos para el Martes Santo. Gracias. 


jueves, 19 de diciembre de 2013

LA MÚSICA DE NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE LAS PENAS (IX): La revolución de Manuel López Farfán

“...y la más sublime Estrella, iluminaste los cielos, que ocultaban en Iniesta...”.

Hemos analizado en anteriores entregas como en cualquier repertorio musical que se precie tras una Dolorosa bajo palio debe estar presente al menos una selección de esas marchas fúnebres tan cargadas de romanticismo y plenas de matices sinfónicos que debidas a autores como los Lucena, Juarranz, Montllor, y por supuesto, la saga de los Font, Gómez Zarzuela, o Beigbeder encumbraron el género entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del XX, hasta erigirse en ese Alfa, la letra primera de un alfabeto musical indiscutible e indiscutido a las que solo el tiempo y el estudio se han encargado de ofrecerles un lugar de privilegio. Y si el alfa de dicho muestrario lo constituyen tales piezas, qué duda cabe que el Omega no puede ser otro que la obra del músico militar nacido en el sevillano barrio de San Bernardo, Don Manuel López Farfán (n. 1872 – 1944) por cuanto viene a cerrar el círculo, ser su última letra, -con más o menos matices y sin olvidar el trabajo de otros grandes compositores-, revolucionando e innovando la marcha procesional, rompiendo las líneas trágicas imperantes e introduciendo un cariz alegre, descarado, con una valentía sin parangón, hasta despertar sentimientos distintos, que afloran, bullen y se arraciman en torno a los movimientos rítmicos de los varales de un palio.

Sin duda, ese cambio al que aludimos se advierte en el llamado “bienio clave” pues entre 1924 y 1925, coincidiendo con su regreso a Sevilla para ponerse a cargo de la banda del Regimiento Soria número 9, Farfán compone dos marchas que por derecho propio también pasan a formar parte de esa antología musical de la Semana Santa, a saber: “Pasan los Campanilleros” y “La Estrella Sublime”.

Mateo Olaya nos ilustra al señalar que la osadía de Farfán al concebir la primera de ellas se revela en el impensable atrevimiento de sus compases, dotados de una inédita frescura, hasta donde se introduce incluso la toná de los Campanilleros con el concurso de una parte coral. Inmediatamente después se refuerza la tesis de este convencido desparpajo con “La Estrella Sublime” dedicada a la Hermandad de la Hiniesta que se concibe al año siguiente y que pasa a la historia como una de las más hermosas marchas alegres, “con un fuerte de bajos modélico”, una novedosísima introducción de cornetas siquiera ensayada hasta entonces por Beigbeder, un tema principal insuperable y una definida estructura que permanece vigente.

Podemos disfrutar de ambas marchas durante la estación penitencial de nuestra Hermandad e incluso en 2012, en calle Granada, se interpretó la versión coral de “Pasan los Campanilleros”, que está dedicada a la hermandad de las Siete Palabras, recreando así aquel Domingo de Ramos de 1924 en que la banda de Soria 9 la estrenó en la sevillana calle Sierpes tras el paso de palio de la Virgen del Socorro resultando un exitoso acontecimiento sin precedentes y que pocas veces se había vuelto a repetir.

Por lo demás, la obra de Farfán está muy presente en la salida procesional de nuestra Dolorosa y no sería justo reducir nuestro análisis exclusivamente a las marchas que actualmente conforman la cruceta puesto que en estos últimos años hemos venido contando con un gran número de ellas en una escogida alternancia.

Se trata en definitiva de poner en valor el hilo conductor de su obra, dinámica, rítmica, vibrante, que por otra parte conforma también el sentido del discurso musical de buena parte de nuestro repertorio. El deslumbrante trío de “El Refugio de María” (1921) en el que los clarinetes conducen una impresionante melodía llena de escalas y quintillos, acompañada por un logrado contrapunto imitativo que llevan los saxofones; el fragmento de ocarinas en la populosa “El Dulce Nombre” (1925); la logradísima “Nuestra Señora de la Palma” (1927) con el particularísimo papel de la percusión recreando efectos sonoros; el fuerte de bajos de “Nuestra Señora del Mayor Dolor” (1927) que se convertirá en recurso indispensable en la obra de Farfán; y el consabido efectismo, la saeta para violín y clarinete con tintes propios del nacionalismo musical en “La Esperanza de Triana” (1925). Todas ellas vertebran el acompañamiento musical de Nuestra Madre de las Penas desde ese otro punto de vista extrovertido y elocuente, en perfecta sintonía con el aspecto popular inherente a la Semana Santa andaluza, en esa asumida divergencia de sentimientos que se expresan en la paradoja del hecho fatal de la Pasión y Muerte del Señor que se adorna de bordados, luz refulgente y devociones incontenibles.

"Nuestra Señora de la Palma"
Martes Santo de 2009
Banda de Nuestra Señora de la Paz


"La Esperanza de Triana" 
a partir del minuto 4,40
Martes Santo de 2013
Miraflores Gibraljaire




Llegados a este punto, y para concluir, no debemos sino converger con el aserto que Olaya nos ofrece al resumir la importancia de este autor en la historia de la música procesional: Farfán supo captar fundamentalmente el carácter popular de la Semana Santa y, por tanto, dotó a sus marchas de un contenido hasta entonces inédito, plagada de vibrantes expresiones, protagonismo de cornetas, percusión y ritmos. Pero ojo, lo que se ha querido decir es que don Manuel López “popularizó” la marcha, no la vulgarizó. Importante matiz. Disfruten. 





"Nuestra Señora del Mayor Dolor"
Salida de la Virgen del Mayor Dolor 
Hermandad de la Carretería
Viernes Santo en Sevilla 2010



"El Refugio de María"
Concierto de La Oliva de Salteras


lunes, 9 de diciembre de 2013

BENDICIÓN Y EXPOSICIÓN DEL BELÉN DE LA HERMANDAD






El pásado sábado, vísperas de la Inmaculada, nuestro Director Espiritual, D. Federico Cortés, bendijo el Belén de la Cofradía que ha quedado instalado en las dependencias del museo de la Casa de Hermandad. Estará abierto en horario de mañana y tarde para que pueda ser visitado por todos durante estos días y hasta el fin de las fiestas navideñas.





sábado, 7 de diciembre de 2013

CULTOS Y ACTOS DEL MES DE DICIEMBRE

Por el Sr. Secretario de la Corporación se facilita el calendario de cultos de este mes de DICIEMBRE:

"Estimado hermano en el Señor:

En este mes de diciembre recordarte que celebramos la Misa del mes y las Vísperas de la Inmaculada oficiada por nuestro Director Espiritual y cura-párroco de los Santos Mártires el Muy Ilustre Rvdo. D. Federico Cortés Jiménez. Será el 7 de diciembre a las 18,30 h. en nuestro Oratorio Santa María Reina.

El mismo día  7 de diciembre se procederá a la inauguración y bendición del Belén 2013 de la Hermandad de las Penas que se ha dispuesto en la Sala de Tronos de la Casa de Hermandad. Estará expuesto para la visita de todos en horario de mañana y tarde.

El día 13 de diciembre tendrá lugar la Vigilia del turno IV "Virgen de las Penas", en nuestro Oratorio, a partir de las 20,30 h., pudiendo acudir todos los interesados que lo deseen.

El próximo sábado 14 de diciembre participaremos, en unión con la Asociación de Comercios de Andrés Pérez y entorno, y junto con la Cofradía de Viñeros, en un mercadillo que ocupará la calle Andrés Pérez, la Plaza del Pericón y la Plazuela Virgen de las Penas. Se pondrán a la venta todo tipo de objetos, piezas de anticuario y publicaciones cofrades. Se instalará un pequeño ambigú.

Ese mismo día, a las 14:00h, ya en pleno ambiente navideño, disfrutaremos en nuestra Casa de Hermandad de un "potaje de Pascua" y de buñuelos caseros, amenizado con una "zambomba" jerezana.

El día 28 de diciembre celebramos la Santa Misa en la Octava de Navidad a partir de las 20 horas en nuestro Oratorio, y en honor de San Juan Evangelista, Patrón de la juventud cofrade. Tras la celebración litúrgica celebraremos la tradicional Copa de Navidad, donde pasaremos una jornada de confraternidad en torno a la buena nueva del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.

Esperamos tu grata presencia en todos los cultos y actos.

Recordarte que los números de la lotería de navidad son 12854 y 13851 y que puedes conseguir en la Casa de Hermandad en horario de lunes a viernes de 18,30 a 20,30 h. también puedes reservar llamando y dejando mensaje al 952603919."

martes, 3 de diciembre de 2013

VÍSPERAS DE LA INMACULADA



El próximo sábado, día siete de diciembre, celebraremos en nuestro Oratorio el rezo de vísperas de la Festividad de la Inmaculada Concepción y la habitual misa de hermandad.

La cita es a las 20:30 horas.

LA MÚSICA DE NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE LAS PENAS (VIII): "Soleá, dame la mano" (M. Font de Anta - 1918)

Si alguien hubiera preguntado a Manuel Font de Anta con cual de las dos legendarias piezas que compondría en apenas un año se quedaría, probablemente habría respondido aquello de “que dedo de la mano me corto que no me duela”. En efecto, como ya analizamos con la colosal “Amarguras”, otra de las piezas que forma parte de ese ramillete de inmortales obras de la música procesional es sin duda “Soleá dame la Mano” pues no en vano, como bien ha afirmado el estudioso Mateo Olaya, se trata de “una obra de una envergadura tal, que no ha tenido apenas continuadores en la historia, por su propio carácter avanzado e innovador, y por su complejidad y altura artística.”

La marcha, al parecer, fue escrita en 1918, e instrumentada por su padre, Manuel Font Fernández, director entonces de la Banda Municipal de Sevilla. Existen controversias y distintas teorías sobre su dedicatoria, pero las partituras originales se encuentran extraviadas y resulta imposible dilucidar con exactitud este pequeño misterio. Mayoritariamente, la opinión especializada se ha inclinado por Manuel hijo como autor de la marcha. Sin embargo, los descendientes de José Font de Anta hicieron llegar a los medios de comunicación una copia del Registro de la Propiedad en la que consta que dicha obra fue registrada a su nombre a las 12:44 horas del 14 de julio de 1922, aportando tres copias de la obra, arrogándose por tanto esa autoría.

La Esperanza de Triana en la cárcel del Pópulo (Cofrades-Pasiónensevilla.tv)
En cualquier caso, sea como fuere, la dimensión de “Soleá, dame la mano” es incuestionable, tanto por su infinita calidad musical como por su profunda impregnación en el estrato cofradiero. Fusiona con maestría el nacionalismo imperante en la época, con el impresionismo, ya que el autor se maneja en ambos conceptos sin ambages pues usa elementos nacionalistas como la escala frigia andaluza (modo de mi mayorizado), tratados con técnicas impresionistas como la difuminación del ritmo binario principal, la armonía no clásica (necesaria por otra parte para poner en pié la influencia del flamenco que tiene) e incluso empastes extraños en la instrumentación

Por eso nos parece que la marcha como buena hija de su tiempo se erige en un gran documento artístico de una época musical rica y generosa en partituras formidables con la alargada sombra de Manuel de Falla siempre muy presente.

Según Olaya, si nos basamos en los comentarios de Francisco Javier Gutiérrez Juan, que ya estudió su estructura en su libro “La Forma Marcha” podríamos decir que “Soleá, dame la mano” parte de la forma minué ternario pero con modificaciones, sobre todo omitiendo repeticiones. Simplificando, la forma de “Soleá, dame la mano” es la siguiente: -Introducción, -Exposición, -Trío y -Reexposición. 


La marcha es profundamente descriptiva hasta verificarse que tras el paso de palio esta música deja de convertirse en un mero acompañamiento para fundirse con la evocadora estampa y lograr un efecto único. Quizás por eso Igor Stravinski dijera aquello de “estoy escuchando lo que veo y viendo lo que escucho” cuando durante su estancia en Sevilla en la Semana Santa de 1921 contemplara el paso de la Virgen del Refugio por la Puerta de la Carne al sonar esta marcha fúnebre.

Otra anécdota que deja bien a las claras la íntima relación de afecto de los sevillanos con esta marcha se produjo durante la Semana Santa de 2008. Tras el fallecimiento de Pepín Tristán, alma máter de la banda de Tejera, su hijo y director decidió que las seis hermandades que acompañaban (Virgen del Subterráneo, Virgen de los Dolores (Penas San Vicente), Virgen de los Dolores (Santa Cruz), Madre de Dios de la Palma, Virgen del Valle y Virgen de Montserrat) entraran en la Carrera Oficial con "Soleá dame la mano" en homenaje al maestro que lo disfrutó desde el cielo.

Así las cosas, si la marcha de por sí, musicalmente, encandila, no es menos emocionante el motivo que la inspiró. Hay que desplazarse mentalmente al Barrio del Arenal, en aquella segunda década del siglo XX y a la antigua cárcel del Pópulo (hoy calle Almansa) un Viernes Santo por la mañana. Entre el gentío, la Esperanza de Triana avanza hacia su barrio, recorriendo las últimas calles de Sevilla que la separan del puente. Tras unos gruesos muros y unas pocas ventanas con rejas se agolpan presos llenos de esperanza que esperan verla pasar. Pero la Virgen no pasa de largo, se vuelve hacia esos que imploran tras los hierros y se hace el silencio.

Con la Esperanza frente a ellos un preso que lloraba se arranca con una saeta que dijo:

"Soleá dame la mano, por la reja de la carse, que tengo muchos hermanos, huérfanos de padre y madre.”

En la edición original del guión aparece la siguiente dedicatoria: "A los desgraciados presos de la cárcel de Sevilla que, al cantarle saetas a la Virgen en Semana Santa, me hicieron concebir esta obra". Esto es, “Soleá dame la mano”, impresión en forma de marcha fúnebre.