lunes, 27 de mayo de 2013

MARÍA, «UN REINADO DE AMOR Y DE SERVICIO». LAS PENAS CELEBRÓ LA REALEZA DE LA VIRGEN


Festividad de la Realeza de María. A.J. G.O.
La de ayer resultó una jornada especialmente emotiva en la Hermandad de las Penas. Se celebraba la festividad de la Realeza de María y el protagonismo lo acaparó desde primeras horas la Dolorosa de nuestra Corporación, Nuestra Madre y Señora de las Penas que desde el presbiterio del Oratorio llenó de gozo a todos los hermanos y devotos que se reunieron en torno a Ella y a la Mesa de la Eucaristía en tan señalada fecha.

La Virgen de las Penas se encontraba ataviada con sus mejores galas, concretamente, con la saya roja donada por las camareras, obra de Manuel Mendoza y Salvador Aguilar en 2006 y el manto en el mismo color que pasaran estos artistas de los bordados antiguos de Leopoldo Padilla. Así mismo, sobre sus sienes llevaba la corona de oro de ley, diseño de Prini y ejecución de Manuel Valera que le fuera impuesta en el recordado mes de noviembre de 2004.

Reina y Madre de las Penas. A.J. G.O.
Por su parte, el altar de culto iba exornado con el dosel de tumbilla, la habitual escalera y sillón de Reina, escoltada por jarras con flores de tonalidades blancas, y los candelabros de guardabrisas dorados del trono del Cristo con codales largos de cera blanca. Así mismo, se han estrenado un par de candeleros adaptados para cinco mecheros, gracias a la disposición del citado Manuel Valera.
                            
Pues bien, pasada la una y cuarto del mediodía daba comienzo la solemne función religiosa que oficiaría nuestro Director Espiritual, Rvdo. Padre D. Federico Cortés Jiménez. Igualmente, se sumó el cuarteto Brío y acompañamiento vocal, lo que dio un merecido realce a la ya de por sí acostumbrada praxis litúrgica de la Hermandad.

D. Federico llamó a cada uno a vivir intensamente esta Festividad que proclama la Realeza de la Virgen, “contemplándola” y reflexionando acerca de ese reinado de la Virgen que es “el del amor y el servicio”.

Además quiso reparar en la hermosa coincidencia de este último domingo de mayo con la festividad de la Santísima Trinidad y en la estrecha relación que María guarda con esta. En efecto, destacó que Jesucristo es Hijo de María y de Dios Padre, y en este sentido, el Espíritu Santo colmó sus entrañas de un alma que unió a su cuerpo, que antes era Dios y que sin dejar de serlo, quedó también hecho Hombre.

Perfil de la Virgen y, al fondo, el Cristo. A.J. G.O.
En definitiva, María, es Madre del Dios Hijo, Madre de Jesús, el rey de Reyes, y por tanto, intercesora imprescindible de la historia de la salvación, tal y como Dios la planificó desde toda la eternidad. Gracias a que María se entregó por completo a la voluntad del Padre y puso su cuerpo a disposición plena del Espíritu Santo, el Verbo pudo tener un cuerpo con el que realizar la salvación.

La función finalizó con el canto de la Salve y con la emoción contenida en los ojos de todos los que estuvieron presentes en la Eucaristía y, posteriormente, se dirigieron a besar las manos de la Virgen desde el íntimo convencimiento, la fe desbordada y el cariño desmedido.

Igualmente, en el capítulo de agradecimientos, el Secretario de la Corporación entregó un pergamino a los hermanos que han cumplido veinticinco años en la nómina. Por su parte, el Hermano Mayor agradeció la presencia de representantes de la Hermandad del Monte Calvario y la Estrella. En concreto, la cofradía dominica entregó un presente en agradecimiento por la cesión del manto azul de las Penas a su Dolorosa para el cartel de Azul y Plata.
La Dolorosa lució radiante en el interior del Oratorio. A.J. G.O.
Las fotografías han sido realizadas por N.H.D. Antonio Javier García Oliveros. Todos los derechos reservados.