Como marcan las Santas Reglas de la Corporación, la pasada semana se celebró el Triduo en honor de nuestra Amantísima Madre, María Santísima de las Penas culminándose con la celebración de una función solemne al mediodía del pasado domingo en el Oratorio Santa María Reina.
La efigie que tallara Antonio Eslava se situaba en el centro de un sencillo altar de cultos, al pie de su Hijo, el Señor de la Agonía, exornado con piñas cónicas y bicónicas perfectamente dispuestas y candeleros de cera blanca. Tocada con la bella ráfaga labrada por Manuel Valera, estrenada en 2012, la Virgen ha sido ataviada para la ocasión por D. Manuel Mendoza López con el terno azul -manto y saya que él mismo recuperara con bordados de Leopoldo Padilla- dada la indisposición temporal de su vestidor D. Juan Carlos Manjón Mostazo, en proceso de recuperación de un accidente sufrido recientemente.
Por otra parte, la bella eucaristía compartida con todos los fieles y hermanos que llenaron el Oratorio fue oficiada por nuestro nuevo director espiritual y párroco de los Santos Mártires, Rvdo. P. D. Felipe Reina Hurtado quien en su homilía hizo reflexionar a los asistentes con una frase del Evangelio del Día: Quien quiera ser el primero que sea el último de todos y el servidor de todos.
Desde estas líneas desear una pronta y satisfactoria recuperación a nuestro querido hermano Juan Carlos.
