viernes, 25 de enero de 2013

NAZARENO DE LAS PENAS

Querido hermano,

Como certeramente recordase un ilustre escritor, la Imagen Sagrada es la Palabra de Dios esculpida y la cofradía es la interpretación y predicación pública de esa Palabra. Por eso, cuando sale a las calles de la ciudad, toda ella debe ser esa adecuada explicación, una proporcionada, seria y rigurosa exégesis de los Misterios Sagrados que nuestras Imágenes Titulares representan.

La cofradía nace con su cortejo a la ciudad para encumbrar a nuestras Imágenes, situarlas en un cénit plástico, llevarlas a la calle para conmover, para consolar, para generar esperanzas en las personas que las observan.

Por eso, como cofrades y hermanos de las Penas, en ejercicio responsable de nuestra condición de tales, debemos asumir el compromiso de VESTIR LA TÚNICA NAZARENA un año más, y colaborar así, en la perpetuación de ese sermón que cada año la Hermandad proclama en las esquinas y que no es otro que el asombroso Misterio de la indefensión de un Dios humanizado en Jesús Nazareno, Crucificado, el que en palabras de Mateo asumió el abandono del Padre y la consumación de la Obra Redentora.

¿Y qué decir del Enigma que representa nuestra Amantísima Madre, la Santísima Virgen de las Penas que bajo su palio, radiante de luz y belleza, asume la crueldad de la muerte del Hijo a la vez que proclama su confianza en la misericordia del Padre?

Los hermanos de las Penas al asir su cirio, su insignia, al portar sobre sus hombros los pesados tronos, con el rigor habitual, esa seriedad y actitud reflexiva, desean que todos vean lo que sólo ellos ven, que la ciudad sienta lo que sólo ellos sienten, el que ese compromiso con la Penitencia que se cumple cada Martes Santo sirva para testimoniar nuestra creencia en el angustioso e irracional sufrimiento del Hijo de Dios, que vino al mundo para servir a los hombres dando su vida en rescate por muchos, y la escandalosa locura que es el pesar de la Madre por su muerte, dificilísimos dogmas que se anudan al recio semblante de nuestros nazarenos, dudas que se despejan en esos limpios corazones rojinegros que no atienden a razón alguna.

¿Como negarle a nuestras Imágenes, estos pequeños sacrificios que en todo caso serán infinitamente menores a los padecimientos que Ellos sufrieron?

¿Cómo renunciar simplemente, sin ni siquiera probar la experiencia, a poder llenar el alma de fe, bondad y comprensión, llevándonos por las calles de la ciudad a la conmoción, y por qué no, también, al gozo con la hermosura de la cofradía en nuestras calles, la belleza de la música, el colorido de balcones y jardines, traqueteo sentimental que nos proporcionan los silencios, las calles estrechas y las miradas de los niños?

Hermano, somos conscientes de que la hermosura de este ritual que se repite cada año, tan impregnada en tantos de nuestros cofrades desde los que se inician en el alboroto de la Cruz de Guía hasta los que se fueron junto al Padre a ese último tramo de la cofradía eterna, no es entendida por quienes no saben o no conocen lo que es vestir la túnica nazarena o simplemente lo olvidaron como aquello que quedó en un recuerdo anecdótico de la infancia.

Por eso te instamos a que vivas con nosotros esa experiencia. Permítenos sugerirte que pruebes a formar parte de ese Evangelio según Málaga que es su Semana Santa. Vívela en esa Hermandad a la que perteneces que ha dado belleza a la Palabra de Dios compulsada en sus Imágenes y que te golpeará directamente en el alma, quizás abriéndote los ojos a la renovación de esa Fe que igual intuyes algo dormida, a la comprensión de ese Misterio inentendible, perpetuado en el sino de la humanidad, que es el porqué del consentimiento de Dios a la existencia del mal y la crueldad.

Como sabrás, el 4 de febrero, comienza el entrañable ceremonial de recogida de túnicas y papeletas de sitio, un trasiego de hermanos que se extenderá hacia una intensa Cuaresma de cultos, montaje de tronos, convivencia y retiro, la que a su vez desembocará en una vibrante Semana Santa que esperemos nos depare intensas vivencias.

Acércate. Decide. No lo dudes. Disfruta de esos preciosos días que se aproximan. Aprovecha de ese privilegio que es ser, sentirse y poder ejercer de cofrades. Muchos, desde la distancia laboral y sentimental no podrán hacerlo. Participa en TU HERMANDAD. Saca tu papeleta de sitio. HAZTE PENITENTE DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA AGONÍA Y MARÍA SANTÍSIMA DE LAS PENAS.

Recibe un fraternal abrazo.

La Junta de Gobierno.