"Un matiz en el Martes Santo"
Con rigurosa puntualidad se separan las dos hojas del portón del
Oratorio de la Hermandad de las Penas. Son las cinco y veinticinco y
comienza a sonar Cristo de la Agonía mientras los primeros
tramos de la cofradía van ocupando la calle Pozos Dulces. Tras
ellos, asoman los gráciles arbotantes del trono del Señor. No hay
mejor banda sonora para este momento que el que es capaz de ofrecer
la Banda de Cornetas y Tambores de la Archicofradía del Paso y la
Esperanza. Todo un ejemplo de simbiosis entre música y trono, que es
fruto de la experiencia y el sentimiento. Sigue saliendo la cofradía,
ahora con cera blanca, hasta que el palio de la Virgen de las Penas
asoma a su plaza. Al igual que con el Señor, la brillante música de
la Asociación Musical Utrerana completa el momento: suena María
Santísima de las Penas. La plaza, coqueta y repleta de público,
ha sido testigo del exquisito gusto procesional de esta hermandad.
El Martes Santo en Málaga es un día de evidentes matices. Y es por
eso, que la jornada no puede entenderse al completo sin sus
hermandades. Las Penas ofrece al conjunto el orden estudiado de su
cortejo, el buen hacer de sus hermanos nazarenos aunque siempre
perfectible gracias a la formación cofrade, la incomparable cohesión
de sus tronos con la música o el paso de la cofradía por lugares
como Pozos Dulces, Nueva, Catedral, San Agustín o Arco de la Cabeza,
que suponen toda una delicia para los cofrades. Un itinerario, por
cierto, que recupera muy acertadamente su clásico sentido tras los
cambios producidos en el año anterior. Mención especial merecen,
dentro del ya destacado apartado musical de esta Estación de
Penitencia, el estreno de la trilogía Humildad, Pasión y Agonía,
por parte de la Banda de Cornetas y Tambores de la Archicofradía del
Paso y la Esperanza; y el repertorio de marchas escogidas para la
Virgen de las Penas: en la misma salida del Oratorio, tras la marcha
propia, sonaba ¡Cuánto te amaba!, composición nada
frecuente en las crucetas musicales al igual que, entre otras, El
Refugio de María, Santa Teresa de Jesús o A la memoria de mi padre.
No solo se agradece la exquisita selección de marchas sino también
la demostración de que es completamente posible confeccionar una
cruceta con marchas de corte tan diferente como Soleá,
dame la mano y Coronación
de la Macarena, en los casos de Vírgenes tendentes a marchas
jubilosas, sin menospreciar en absoluto las fúnebres.
No hay duda, la perfección solo es atribuible a Dios, pero la
Hermandad de las Penas aspira a llegar tan lejos como sea posible a
la hora de lograr un estilo procesional elegante y adecuado. La
solemnidad del andar de los tronos unido a la cantidad de momentos
que sin duda permanecerán en la memoria y que contribuyen
enormemente a crear un clima de oración hacia las imágenes, hacen
que para cualquier cofrade no sea posible marchar a casa un Martes
Santo sin haber visto a Las Penas pasar.
Pablo Santiago Díaz
Colaborador en 101 TV.
Video: La Cámara Cofrade - A pie de trono
Video: La Cámara Cofrade - A pie de trono