"En la celebración de la Navidad,
Jesús viene a llamar
nuevamente
al corazón de cada cristiano.
Jesús, pasa y llama."
(Papa Francisco)
En la tarde del pasado viernes día 4 y tras la Misa mensual, nuestro director espiritual bendijo el Belén de la Hermandad que con tanto afecto se ha instalado en el bajo coro de nuestro Oratorio, en el lugar en que habitualmente se ubica el altar de Santo Domingo.
De
esta forma, en la cofradía de las Penas ha dado comienzo la
preparación espiritual para la Natividad del Señor y como es
tradicional hemos venido un año más a perpetuar esa tradición
transversal que iniciara San Francisco de Asís en 1223 y que ha
estado presente desde entonces en multitud de hogares españoles.
Pero
además del aspecto estético y consuetudinario, la presencia de la
bella iconografía del Nacimiento de Jesús vuelve a llamarnos a la
reflexión, presentándose como una nueva ocasión para reconocer en
el rostro del Niño Jesús, nacido de la Virgen María, al Hijo de
Dios, que por nosotros se hizo hombre.
En
palabras de nuestro Pontífice, el Papa Francisco, "en el
rostro del niño Jesús es donde contemplamos el rostro de Dios, que
no se revela en la fuerza o en el poder, sino en la debilidad y
fragilidad de un recién nacido. Este niño muestra la fidelidad y la
ternura del amor sin límites con el que Dios rodea cada uno de
nosotros".
El
Belén es un mensaje de esperanza que nos recuerda el misterio de la
encarnación del Hijo de Dios: el unigénito que se hizo hombre
para salvarnos, se redimió con su Agonía en la Cruz y que trajo la luz al mundo con su nacimiento. Luz que
invita a la concordia, a la fraternidad y a compartir, como hicieron
los pastores de Belén, con sus más humildes presentes, en un
tributo infinito de solidaridad, que debe tener continuidad con
nuestro ejemplo diario llamando a la humanidad a atender y a socorrer
a los que menos tienen.
Ni
el fastuoso palacio de Herodes, ni los adarves, ni la abundante
vegetación, ni las casas señoriales encaladas, ni el lustroso
Teatro Romano, ni la escarpada y coqueta Coracha, todo el
escenario que con cuidadoso mimo adorna nuestro Belén, pueden
eclipsar la belleza de la sencillez encerrada en un frío y rocoso
portal donde el Señor vuelve a llamar a nuestros corazones como un
Dios que no viene a imponer arrogante su potencia sino a ofrecer su
amor omnipotente a través de su frágil figura.
Queridos
hermanos, Jesús llama y pide paso. Trae su mensaje de luz, de amor y
de esperanza. Como hicieron María y José, que cada familia
cristiana acoja a Jesús, lo escuche, lo proteja, crezca con Él, y
así mejoraremos el mundo. Pidamos al Señor que en este tiempo tan especial que ahora comienza, el Año Santo Extraordinario de la Misericordia, nos ilumine con su Palabra y nos invite a ser "misericordiosos como el Padre" dando consuelo a cada hombre y mujer de nuestro tiempo, tal y como ha pedido el Santo Padre. Y confiemos a Nuestra querida Virgen de las Penas, madre infinita de Misericordia, "para
que dirija a nosotros su mirada y vele en nuestro camino".
El Belén estará abierto de lunes a viernes, de 11:00 a 13:00 horas por la mañana y de 18:30 a 20:30
horas por la tarde.
"El
nacimiento de Jesús en Belén a la luz de los evangelios y de la
tradición cristiana”: http://www.revistaecclesia.com/el-nacimiento-de-jesus-en-belen-a-la-luz-de-los-evangelios-y-de-la-tradicion-cristiana/