"Sagrario del Altar el nido de tus más tiernos y regalados amores.
Amor me pides, Dios mío, y amor me das;
tu amor es amor de cielo, y el mío, amor mezclado de tierra y cielo;
el tuyo es infinito y purísimo; el mío, imperfecto y limitado."
Oración de Santa Teresa de Lisieux
En la mañana del domingo 29 de junio -festividad de San Pedro y San Pablo- la parroquia de los Santos Mártires, Ciriaco y Paula, celebró en la Octava del Corpus, solemne eucaristía y posterior procesión sacramental que contó con la presencia de todos los colectivos de la feligresía incluidas la de sus hermandades y cofradías.
Hay quien ha comentado no sin razón que el estancamiento progresivo que vive la festividad del Corpus en nuestra ciudad y, por ende, la procesión que cada año parte desde la Catedral resulta inversamente proporcional al recuperado esplendor y el cuidado con que algunas importantes parroquias vienen celebrando sus correspondientes celebraciones eucarísticas auxiliadas, como no podía ser de otra manera, por las corporaciones penitenciales y letíficas de las distintas collaciones. En los Mártires, desde hace algunos años, el mimo con que se cuidan las celebraciones propias de este tiempo sacramental, es una feliz realidad.
La misa, que dio comienzo pasadas las 10 de la mañana, fue oficiada por el Párroco, Rvdo. P. D. Federico Cortés Jiménez. A continuación se organizó la procesión eucarística que recorrió las calles de la feligresía, concretamente por el siguiente itinerario: Plaza de los Mártires, Comedias, Tejón y Rodríguez, Carretería, Andrés Pérez, Arco de la Cabeza, Plazuela Virgen de las Penas, Pozos Dulces, Compañía, Plaza de San Ignacio, Compañía, Plaza de la Constitución, Granada, Santa Lucía y plaza de los Mártires. La custodia, que iba acompañada por la Agrupación Musical San Lorenzo Mártir, perteneciente a la hermandad sacramental de Viñeros, regresó al templo al filo de la 1 del mediodía.
Por su parte, nuestra hermandad participó activamente en la jornada refrendada tanto con su presencia corporativa en la misa y en la procesión como en el montaje de un altar en las puertas del Oratorio para mayor gloria de Jesús Sacramentado.
La hermandad formó con guión y varas y un respetable cortejo de cirios encendidos los que rondaron prácticamente la quincena. Además, intervinieron igualmente otros hermanos como servidores y acólitos en la celebración.
Este año el altar, además de los habituales detalles propios de la festividad, estaba presidido por el magnífico lienzo "Triunfo de la Eucaristía sobre la Idolatría", que realizase nuestro hermano Raúl Berzosa, y que forma parte de la galería "Los Triunfos" que decora las paredes de nuestro templo. El cuadro aparecía sobre el frontal del cajillo del trono de la Virgen que realizase Villarreal previo diseño de Casielles y con el grupo de la Huida a Egipto presidiendo la hornacina central, deliciosa miniatura ejecutada por Francisco Buiza.
Al paso de la comitiva por la Plazuela Virgen las Penas se impartió la bendición con su Divina Majestad.
Así las cosas, no podemos sino expresar nuestro gozo ante el bagaje sentimental que nos dejó la celebración que vivimos en torno a Jesús Sacramentado en la mañana de ayer y de la que seguramente salimos más fortalecidos y seguros en nuestro deseo de vivir junto al Señor, que es vida y amor.
Por todo ello, la manifestación de gratitud a todos los colectivos de nuestro Párroco y Director Espiritual resume este éxito común y pone el broche de oro al trabajo que se viene realizando, el que ha significado no sólo el relanzamiento estético de la solemnidad sino que propicia cada año una ocasión única de festejar en comunidad, proclamando al unísono, la fe en Jesucristo.
